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Y allá van de nuevo...

martes, febrero 28, 2006

News of the World

Crítica destructiva del mundo periodístico (ii)

El periodismo de investigación

¿Qué ha hecho más daño al mundo, las pelis sobre amor tipo Lady Halcón o las pelis sobre periodistas? Pues tengo mis dudas, porque entre una y otra plaga me han dado no pocos disgustos. Sobre Lady Halcón ya tratamos el otro día. Hoy toca el periodismo de investigación.

Lo que me pide el cuerpo es decir que el periodismo de investigación en España sólo se encuentra en los video clubs. Pero sería faltar a la verdad. El periodismo de investigación ha existido y seguramente seguirá existiendo (los vuelos de la CIA etc.). Pero la mayor parte de lo que se vende como liebre es gato. ¿Recuerdan Noticias del Mundo, aquel maravilloso periódico que publicaba noticias como "descubierto en Cuenca el cráneo del diablo"? Pues cuando lean una página bajo el epígrafe "Investigación de...", ándense con ojo, porque el aprecio por la verdad va a ser más o menos el mismo que el de Noticias del Mundo. Hay, eso sí, una diferencia notable. En España el periodismo de investigación tiene la asombrosa particularidad de coincidir, en tiempo y forma, con la agenda de los dos grandes partidos políticos. Si nuestros sufridios representantes se abren la cabeza a cuenta de (rellene usted) apenas tarda unos días en descubrirse, fruto de una intensa, rigurosa y larga investigación, alguna exclusiva que, según el objetivo juicio de quien lo publica, cambia de forma definitiva la trama política. Son la pera, estos periodistas.

Como decía, hay gente que ha hecho periodismo de investigación. Yo he intentado hacer mis pinitos, y es extremadamente difícil por tres razones. Primero, porque descubrir cosas que no se quiere que se sepan es más bien chungo. Segundo, porque las personas eventualmente interesadas en que esas cosas se sepan suelen guardárselas para uso personal o político, y ni se les pasa por la cabeza contárselas al primer flipado que les llama boli en ristre por mucho que nos tiremos faroles del tipo "mira, tengo los papeles, y creo será mejor para los dos que me expliques tu versión". Tercero, porque aunque hayamos superado los obstáculos anteriores, los medios no saben qué hacer cuando no les han llegado instrucciones. Podrían zurrar a su amiguito, zurrar a un enemigo que ahora es amigo o zurrar al enemigo a destiempo. Y eso no les gusta así que, de entrada, mejor mantener la boquita cerrada.

Y no, no es que yo piense que todo es política. Es que cuando toda la gente que manda piensa que todo es política termina siéndolo. El lamentable estado del periodismo en España (nunca ha estado tan mal, dicen los viejos) es más síntoma que enfermedad. Síntoma de una sociedad civil que no entiende nada más allá del binomio poder-oposición. En este contexto la información puede ser bien garrote bien moneda de cambio, pero su uso altruista no se puede concebir.

Así, cuando usted, amable lector, se tope con un artículo de investigación que empiece haciendo referencia a sí mismo (un metaartículo), mosquéese. Puede estar, como ocurre con los agujeros negros del periodismo destapados por El Mundo, ante una retahíla inconexa y malintencionada de especulaciones, medias verdades o falsedades no atribuidas a fuente alguna. O, como en el caso de la Cadena Ser con sus dos fuentes ("según apo", según ha podido saber la Ser o "según lesvi", según les viene contando la Ser), ante un dossier mondo y lirondo. Dime de qué presumes y te diré de qué careces.

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lunes, febrero 27, 2006

Manifa

No soy de mirar muchas páginas de internet raras, ni blogs de gente que vive en una cueva en Nueva Guinea o transexuales en Yemen. Soy de costumbres bastante más mundanas pero, a cambio, soy obsesivamente fiel a las cinco o seis páginas que me gustan. Una de ellas es La Página Definitiva. Y otra es el Manifestómetro. Lo malo del manifestómetro es que hay que esperar a que se manifiesten los españoles de verdad. Y, claro, yo me aficioné cuando, hace unos meses, cada sábado había una manifa para salvar la patria, pero no todos los días son fiesta. Igual tiene que ver con el clima. En todo caso, el sábado el equipo de El Manifestómetro estuvo, como de costumbre, sembrado en la concentración preventiva de la AVT contra la eventual negociación con el MNLV.


Obsérvese con qué naturalidad combinan el brazalete con el escudo preconstitucional y la bufanda de la selección española de fúmbo.

Aquel revuelo cercano nos pone y, aun a riesgo de nuestras vidas, dejamos nuestra posición de privilegio junto a uno de los padres de la Constitución y nos adentramos 'muchedumbre a través' en busca de Rajoy. Como siempre, blandiendo la cámara cual Tizona, nos abrimos paso al grito de "¡prensa!". Cuando estábamos muy cerca de nuestro objetivo, y las apreturas eran más que considerables, unos ancianos deciden hacer el esfuerzo de dejarnos pasar. "¿Para quién trabajáis? ¿No será para la SER, no?" Todos atentos a nuestro alrededor. Yo soy más partidario de negar sin más, en plan socarrón, poniendo cara de "no me ofenda", antes que intentar hacerles ver que la SER tiene pocos fotógrafos en plantilla, por aquello de que las fotos no quedan del todo bien por la radio.

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viernes, febrero 24, 2006

Sisu

Sisu es una palabra finlandesa, un nombre para definir características de personas o grupos que se traduce malamente. Podemos hablar de fortaleza física, fortaleza mental, determinación resistencia, voluntad... pero no es algo irracional e inmediato. Vamos, que no es el lamentable "tener cojones" hispánico. Es, por el contrario, una especie de fuerza que se guarda en el interior y que tarde o temprano acaba saliendo fuera. Posiblemente con esto se hayan hecho ya la idea, señoras y caballeros, de que sisu es una idea importante en la cultura finlandesa, y de que es un concepto demasiado profundo para traducirlo al castellano con una palabra.

Hay marcas de tractores, tiendas y equipos deportivos bajo este nombre. El concpeto de sisu tiene algo que ver con la geografía y la historia de Finlandia, un sitio maltratado por el clima y la despoblación, pobre de solemnidad hasta hace unas décadas y que los rusos y los suecos se turnaban para invadir tanto militar como culturalmente. El siglo pasado, por poner un ejemplo, estos señores se independizaron de los rusos tras la Revolución de Octubre. Se zurraron un poco, y la Guerra Civil rusa se entremezcló con una guerra civil en Finlandia. En la Segunda Guerra Mundial primero tuvieron que pelearse ellos solos con el Ejército Rojo, y le pararon los pies con esquís, guerra de guerrillas y mucho sisu. Luego volvieron a por más cuando Alemania invadió Rusia, pero ahí palmaron. En 1944 firmaron la paz con la Unión Soviética, y entonces las divisiones alemanas que combatían en la zona marcharon hasta la frontera noruega, en el extremo norte. Por el camino arrasaron Laponia en represalia, con lo que los finlandeses también tuvieron que darse estopa con los alemanes durante varios meses. Después ya sólo quedaba aguantar 40 años de guerra fría en los morros de la Unión Soviética antes de ponerse a hacer teléfonos móviles y buen rock'n roll.

El sisu es saber en tu interior que por muchos palos que te den te vas a levantar de nuevo. La convicción de que, estés mejor o peor, seguirás siendo tú, seguirás defendiendo eso en lo que crees y jamás bajarás los brazos. Y de que esa determinación es lo que, al final, después de todo, te mantendrá en pie.

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miércoles, febrero 22, 2006

El móvil

Mientras viajo en metro me gusta rebuscar en los mensajes de texto guardados en el móvil. Pueden ser felicitaciones de cumpleaños que me llegaron especialmente o frases intrascendentes que, con el tiempo, tienen más significado del que imaginabas. O momentos de sinceridad de alguien que te importa. O mensajes intrascendentes que siguen siendo intrascendentes y que acabas borrando. Pero me gusta. Ahora, que tengo el móvil medio roto y he de cambiarlo, pienso qué será de esos recuerdos encerrados que, como decía aquel, se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.

Pero hay cosas buenas en cambiar de móvil. Se pierden para siempre teléfonos de gente que te ha dejado de importar pero que no eliminas. Se pierden esos mensajes que miraste mil veces en el metro pero que ahora sólo te traen recuerdos amargos. No sé si han visto la película Exotica, de Atom Egoyan. Yo sí, aunque sólo me acuerdo de tres o cuatro cosas. De que me gustó mucho. De la música, maravillosa. Obviamente de la protagonista. Y de que trataba de esto que estoy contando y para lo que no encuentro la palabra. Se me ocurre bagaje, pero veo en la RAE que es sólo un sinónimo de equipaje. Creo que me habrán entendido a qué me refiero. A cosas que llevas contigo y de las que no quieres o no puedes desprenderte. De las que, a veces, es mejor ir ligero.

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martes, febrero 21, 2006

Amigos para esto

Tres días sin actualizar y me levantan dos entradas que tenía en mente. Una era de esperar, es la típica noticia que sabes que si no sacas te la pisa la competencia. Era sobre la exposición de vanguardias rusas del Thyssen que espero ver pronto... Los que habéis estado en mi casa ya habéis visto los posters de Rodchenko. La traidora fue Marta, que como es habitual lo hace todo mucho mejor que yo, así que no me voy a extender y, mejor, comento la exposición cuando haya ido, a ver si alguien me acompaña. Sospecho que ha escrito la entrada tan aprisa en venganza por algo, pero no sé qué es. Grmpf.

La otra me duele más. Un debutante (más que yo), que por algún extraño motivo se ha puesto el nick de Dr. Malcolm habla sobre los arquitectos en unos términos en los que pensaba hacerlo yo. Siempre me ha intrigado cómo logran conjugar unos planteamientos de partida tan elevados como los suyos con la objetiva zafiedad del 99% de sus trabajos. Entre los arquitectos, por lo visto, hacer viviendas está considerado una grosería, un arte menor. Como dice Malcolm, definen espacios o trabajan conceptos a través del uso de los materiales, o proyectan su espíritu a través de líneas rectas o curvas. Mientras tanto, el resto del mundo vivimos en cajas de cerillas insalubres de ladrillo visto y de una fealdad que aumenta con los años. No tengo nada en contra de que hagan todas las casas iguales, pues no suelo juzgar a la gente por cómo se gana la vida. Pero, por favor, si ustedes fabrican salchichas no se pongan un traje de Da Vinci.

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viernes, febrero 17, 2006

De India

"India dicen los que no se lavan", gritamos a coro Raquel y yo cuando el redactor jefe de Economía preguntó si se dice India o La India. Es una respuesta algo desproporcionada, sí, pero tiene su historia. La expresión "acabo de llegar de India" me genera una reacción psicosomática que arranca en los huesecillos auditivos para terminar en el hígado, y que sólo es comparable a la registrada cuando oigo hablar con acento andaluz a gente de Moratalaz (Alejandro Sanz) o Elche (el de El Bicho). En general, nótese que la ausencia del artículo en la expresión indica una relación más cercana, habitual y compleja del viajero con la India. Si decimos, por ejemplo, "en septiembre me voy a la India", quedamos como un turista (es decir, lo que somos), pero de la otra forma, aun siendo el mismo viaje, parece que vamos a dejar que la espiritualidad oriental se revele en nuestro karma o algo así, y que además lo hacemos con relativa frecuencia. Y que conste que no tengo nada en contra del rollo comeflores, que tengo una cierta debilidad por él y que he ido a campos de trabajo en verano. En realidad mi debilidad es por las comeflores, pero sospecho que no soy el único, y que hasta el más perroflauta de la ciudad está en el ajo para ver si moja.

Por donde no paso es es por el pijerío. Una noche estaba en una cena en casa de alguien y el tío que estaba delante, prototipo de pijazo que va de jipi, le estaba tirando el tejado completo a otra chavala, ésta conocida mía. Ella nos preguntó dónde podría pasar una semana de vacaciones alejada del mundanal ruido y yo, con mi habitual habilidad para ligar (estaba como un queso), contesté "pues ni puta idea... ¿por qué no me pasas la cerveza, por favor?". Pero peor fue lo del otro. "Conozco el sitio más maravilloso del mundo, no has visto nada así en tu vida". Hombre, pues me puse a escuchar. "Tienes que ir a cala de San Pedro". Acabáramos.

La cala de San Pedro es como una extensión de Madrid. La Torrevieja de las rastas. Hippies (de verdad o como el colega de arriba) suficientes para formar varias divisiones de infantería se arraciman a pelo en una playa aislada de uno o dos kilómetros, y no para homenajear el exilio republicano de 1939 en Argelès sur Mer o Collioure, no, sino por gusto. En su momento (hace unos 20 años) sería la bomba, claro, pero hoy la cala de San Pedro significa pasar las vacaciones sin baño, sin sombra y encontrándote a tu ex cada vez que te subes al monte a evacuar y/o pincharte el culo con hilagas. Pero, volviendo al tema del artículo, ¿alguien ha oído alguna vez "pesco en golfo de Cádiz " o "la cocaína entra por ría de Arosa? No. Pues eso.

Mi obsesión, compartida con Raquel, por la eliminación del artículo viene de que ésta sólo se da al referirse a destinos vacacionales y con un objeto concreto: ser más guay. Tanto el que habla como las vacaciones. A este efecto hemos ido confeccionando una lista sobre expresiones de este tipo escuchadas directamente o indirectamente (con un factor kevin bacon máximo de uno). Ahí va. A cabo Norte. A Puerto (de Santa María). A Picos (de Europa). A Pirineos. A Rozas (este verídico). A cabo de Gata. Y se admiten sugerencias...

PD. Ya sé que están todos conspirando para no dejarme comentarios en el post anterior, pero se van a joder porque voy a seguir plantando las lamentables entradas sobre libros, dignas de intelectualillo gafaspasta de tres al cuarto. Que es mi gato y me lo follo cuando quiero.

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miércoles, febrero 15, 2006

La identidad

El viajero cuyo cuerpo caía sobre el vecino era un hombre honesto y bienintencionado y siempre estaba melancólico como los personajes de Chejov, que a causa de estas mismas particularidades fracasan en sus aburridas vidas.

No sabría decir por qué destaco esta frase, que está en la tercera o cuarta página del libro y no es tan representativa. Pero desde que la leí no se me quita de la cabeza. El libro es Nieve, de Orhan Pamuk, y si pinchan en el enlace podrán leer un poco. Pierre no ha aguantado a terminarlo antes de escribir algo. Sobre una trama más o menos estándar, Pamuk borda la ansiosa soledad del protagonista y su búsqueda de sentido a las cosas. Lo entreteje con la cuestión del Islam y la frontera entre Oriente y Occidente. El libro está localizado en Kars, en la zona de Turquía que linda con Armenia, algo al norte del Kurdistán, donde brota un pujante islamismo (qué barato es meter cosas en una palabra) frente a la tradicional lucha entre el autoritarismo laico y una izquierda occidentalizada y, ahora, desorientada. Hace menos de un mes que Turquía, después de una importante presión internacional, archivó un proceso contra Pamuk por "insultar a Turquía y sus fuerzas armadas" al hablar en público del genocidio contra los armenios de 1915. La cosa, por lo visto, trae cola, pues anteriormente a Pamuk se le había echado en cara, precisamente, su olvido de las cuestiones kurda o armenia. A veces el mundo literario hace parecer elegantes a las verduleras.


La foto no es del libro. La he encontrado yo y estoy muy contento. En Nieve hablan de la arquitectura báltica del periodo ruso, y la casa de arriba me recuerda un antiguo pabellón de caza del Zar que vi en Finlandia y que fue el primer hotel de Rusia. O eso decían, porque vete tú a comprobarlo.

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martes, febrero 14, 2006

Palés de cultura

El otro día estaba dando vueltas por canales musicales y en dos de ellos estaban poniendo el vídeo de Madonna. No es la primera vez que se dan estos errores de Matrix; los escasos 15-20 vídeos semanales que echan rotan más que los famosos de la tele o los actores de Cine de Barrio. No es sorprendente, tampoco, que la música se haya convertido en un producto de consumo masivo, en una commodity cuyo único valor añadido es la pasta que se dejan en marketing, pues son los tiempos que nos ha tocado vivir. Lo sorprendente es que, partiendo de esa base y teniendo en cuenta que la tecnología ha dejado desfasado el modelo existente, lo único que se le ocurra a la industria sea culpar a los usuarios de que ya no se vendan en el pryca tantos palés de King Africa, o convencer a Gallardón de que la prioridad de los munipas debe ser evitar que los malvados ciudadanos se ahorren 10 euros cuando quieren oír la canción de la bomba en el CD del coche... Esta gente ha pasado de ser los que fabricaban la música a meros, y no únicos, intermediarios. No pueden, creo yo, aspirar a que les demos dinero sólo por inercia, y menos si la labor esta de intermediación consiste en descubrimientos como el reaggeton, David Bisbal o Il Divo.

Ya que viene al caso, me contaban este fin de semana un par de colegas canarios que allí llevan ya tres años de reaggeton. Parece ser que la industria musical utiliza Canarias como banco de pruebas por varias razones: hay poder adquisitivo, hay personas de múltiples procedencias, es un sitio aislado sin apenas influencia exterior y hay toneladas de personas de marcha. Así que las fórmulas radiofónicas y los garitos programan reaggeton con una cadencia similar a la aplicada por la Royal Air Force sobre Dresde hace hoy exactamente 61 años (del 13 al 15 de febrero de 1945). Cuando, después de un verano poniendo la misma canción, ven que la gente se la sabe, ponen en marcha la fábrica de palés. Eso es lo que llamamos industria cultural.

PD1.- Intentaré que el retraso en actualizar no se repita. Soy consciente de que sus vidas son tristes y vacías de contenido sin Pierre.
PD2.- Sí, lo de arrancar con Madonna e ilustrar con King Africa va con mala leche. Qué pasa.

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martes, febrero 07, 2006

Tuning vs Frikismo

A un tío que trabajaba conmigo le gustaba el tuning. Eso de ponerles o quitarles cosas a los coches y comprarse equipos de música que valen más que el coche. "Me mola, pero en plan discreto, bonito, no como esos macarras que se ven por ahí", me dijo mientras buscaba en internet tomas de aire para el capó delantero. Era obvio que quería estar en el ajo, pero la distición respecto a "ésos" se me quedó grabada. En realidad es algo que se puede aplicar a cualquier grupo de humanos. Los que a nosotros nos parecen, en este caso, horteras, en realidad piensan que los horteras son otros "que sí son chungos". De hecho, algún colega al que comenté esto del relativismo en lo que nos parece tuning hortera y lo que no me ha dicho después que ha oído frases parecidas.
Esto me ha traído a la mente otro vicio del cambio de milenio, el frikismo, en el que se da un comportamiento similar. Antes de que les asalten las dudas, podríamos definir friki como alguien que ha participado en un campeonato de lanzamiento de disco duro en una campus party, alguien que ha participado en un campeonato de overclocking (sobrerrevolucionar el procesador del PC), alguien que con 30 años habla de la patrulla X con la vehemencia con la que otros defienden al Arleti, alguien que espera tener hijos para, entre otras cosas, jugar videojuegos con ellos, alguien que cree sinceramente que sus antepasados son los herederos de Isildur, alguien que habla con sus amigos sobre sistemas operativos, alguien que tiene el ordenador destripado de forma permanente, alguien que cuando sus padres se iban de vacaciones montaba redes de ordenadores para jugar o, en general, alguien que no cumple las condiciones anteriores pero que le mola el rollo y, de hecho, está ahora mismo sonriendo.

Los frikis quieren (o queremos) ser un poco más que los de al lado, pero no tanto como para ser vistos como los que suspendían gimnasia. En el excelente frikitest, que recomiendo con entusiasmo a los lectores, una pregunta es "¿has exagerado tus respuestas para sacar más puntuación?". Otra es "¿has exagerado tus respuestas para sacar menos puntuación?". Los frikis son una tribu urbana en toda regla, hasta el punto de que tienen subtribus (los linuxeros, los que hablan élfico, los del casiotone, los que pagan pasta por internet para poner a un cometa el nombre de la churri...) que, obviamente, no tienen nada que ver unos con otros aunque a ojos de los demás sean la misma gente rara. De la naturaleza de tribu nace la tendencia a exagerar el frikismo.

Se parecen el frikismo y el tuning. Son distintos en que, mientras el tuning es más caro que el copón, el frikismo es barato. Exige un esfuerzo distinto, social digamos, pero al final es simplemente una forma de diferenciarse. Pero no cuadran en una cosa. El tunero con más etapas de potencia en el maletero y el motor mejor trucado es el que se lleva la chica. Pero el friki más friki es ese que sólo ha conocido a la piba del Final Fantasy. No es que ligue menos que Tintín, es que está mal visto. Bien es cierto que muchas veces se hace de la necesidad virtud (no ligo, ergo soy friki), pero no deja de ser chocante. Se parece en cierto modo a una religión castradora que niega un instinto, el sexual, por otro, el de la tribu. ¿Es el frikismo una nueva religión?

Esta vez sí que se me ha ido. En realidad, sólo era literatura para reivindicar el frikismo, colgar la foto y, sobre todo, enlazar el frikitest. No se lo pierdan, en serio.

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La cinta

Ahora lo hacemos con ordenador, MP3 y esas cosas, pero grabar una cinta será siempre grabar una cinta. De chaval las hacía a medias con Jordi; normalmente una al año en los largos y no tan cálidos veranos de Burgos. Sólo eran para nosotros, se llamaba "Varios 88" o algo así, y aún las debo tener por ahí, en algún rincón de la casa de mis padres. Llevaba un año o dos sin hacer una cinta, hasta que el otro día me puse con una, para los lunes por la mañana de una amable lectora. En estos casos sueles partir de cuatro o cinco canciones que tienes la cabeza y que te han dado la idea inicial. Por eso elegir la primera es fácil. No tiene que adaptarse a nada, solamente transmitir lo que queramos. Luego puede tener un ritmo que dé pie a lo que venga después y tal, pero eso es secundario. Las siguientes también estarán entre las pensadas de antemano (somos así de vagos), y salen del tirón; hasta quedan bien y todo.

El problema viene después. Si hemos hecho bien el comienzo, que insisto es lo fácil, tenemos que buscar nuevas vías. Por ejemplo, si hemos ido de más a menos y hemos tirado un poco de rollo Manchester no podemos hacer otra ronda, porque estaríamos en una recopilación de teletienda. Esas de "1986 fue el año de la mano de Dios de Maradona y del Addicted to Love de Robert Palmer". Y no, señores, no estamos haciendo eso. Lo que estamos haciendo es un sutil arte. Hay que buscar puentes para cambiar de estilo, ritmo o de época, hay que ir a canciones algo rebuscadas pero sin perder el hilo, y mola hacer guiños frikis (yo he estado a un paso de meter tres versiones distintas de Louie Louie). Es cuando te pasas 25 minutos mirando y escuchando discos, hasta que crees haber dado en el clavo y aprovechas, que sé yo, para pasar de Yo La Tengo a Iggy Pop. Lo escuchas de nuevo y piensas que es una barbaridad. Buscas otra cosa. Pero nada. vuelves a Iggy Pop y lo grabas con una agradable sensación de vértigo.

Y ahora, qué. No tienes ni remota idea de por dónde seguir. Un mal cambio arruinaría dos canciones -que tan buenas te parecen- y, a estas alturas, casi toda la cinta. Empiezas a notar la presión y se te nublan las ideas. No ves nada en el archivo musical. Piensas en volver a empezar de cero, pero al final te decides a poner algo reconocible. Lo eliges despacio y lo plantas con cuidado, casi con mimo. Crees que has acertado, pero eso sólo sirve para complicarte aún más la elección de la siguiente canción. Es como una labor de Sísifo en progresión geométrica. Oscilas así un buen rato entre la excitación -"qué peazo cinta me estoy currando"- y la inseguridad. Pero avanzas, y casi sin darte cuenta notas que la cosa empieza a ser más cuesta abajo. Ya queda poco para el final, y ahí pueden pasar dos cosas. Que pienses una canción para cerrar y la busques el enlace con las dos o tres anteriores o, mejor, que la canción venga sin que la llames.

Cierras y grabas, y te sientes a medias brillante a medias frikazo. Y corres a escuchar el disco, y te parece una castaña. Te entra un poco de mal rollo, y en los días siguientes piensas en canciones que habrían ido mejor que otras que pusiste. Pero no pasa nada, porque eso es que estás ya pensando en la próxima cinta.

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lunes, febrero 06, 2006

... and Justice for Jose

Justice for Jose
A veces pasan cosas que me devuelven la fe en el género humano. Ayer pasó una. Si buscas José Tojeiro en Google salen 522 resultados. Si buscas José Toxeiro, 798.

José Toxeiro es ese de la foto. El responsable de una de las páginas más gloriosas de la televisión hispánica. Os pongo en antecedentes. José, gallego del pueblo de Cariño, volvió de Suiza tras varias décadas de duro trabajo con 30.000 francos suizos en el zurrón para retirarse y, si caía, echar una canita al aire. Y hasta aquí puedo leer. Me es imposible destacar algo del testimonio de José. Hay que verlo. El vídeo enlazado procede de un programa tertulia en plan "la ley de la calle" conducido por Pérez Reverte hace mil años. De esos que consisten en presentador guay, tertuliano madero, tertuliano kinki, asistente social y algo más. Toxeiro mereció una canción de Def con Dos.



In memoriam, José Toxeiro.

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viernes, febrero 03, 2006

Cositas de Google

El viernes, si buscabas en Google "blogs perro follando chica" y pinchabas el "voy a tener suerte" salía esto. La entrada de Lady Halcón. No, no lo he encontrado como imaginan. Por favor, están en la página de un caballero cuyo defecto, en todo caso, es el de ser un poco cotilla. De hecho, estaba echando un ojo a ver qué gente visitaba la página y me encontré con un lector, brasileño para más señas, procedente de Google. Normalmente la gente que me conoce entra directamente, y los que no lo hacen a través de las páginas de nacho o marta, o de algún enlace raro por ahí. Miré un poco más y vi que el tío había buscado, textualmente "blogs perro follando chica". Así que hice lo propio, escribir "blogs perro follando chica" y ahí apareció orgulloso Pierre Nodoyuna, en lo más alto de la lista como un campeón de atletismo, seguido de un enlace a "jovencitas putas montadas por caballos". Hoy ya no funciona la búsqueda de marras. He de reconocer que me jode un poco.

Tiene narices que, con las ingles que se deben ver por Brasil (historia de las ingles...) se dedique la gente a buscar esas cosas. Además, si lo piensas un poco, el tío no busca fotos guarras, vídeos o relatos calentorros, sino un blog, es decir, información de primera mano, opiniones y experiencias. Es raro. Pero más rara aún es la sintaxis de la búsqueda. Vamos a ver, partiendo de la idea de que el brasileño busca el punto de vista de un blog, y dado que por lo general los perros no tienen blog, lo que le interesa es mirar las intimidades de la chica. Pero escribe "perro follando chica", no "chica follando perro". Es como si al colega este le interesase conocer el diario de una chica que salió por ahí, se tomó una caipirinha de más, una cosa llevó a la otra y se encontró con que se la estaba follando un perro... Yo entiendo que los perros no se follan gente, sino que la gente se folla los perros, las ovejas o los ponis o lo que sea. Pero, vamos, que reconozco mi ignorancia en este campo. Y, para gustos, colores

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miércoles, febrero 01, 2006

¿Que si quiero o que si tengo?

Frases célebres de nocturnidad


ANTES "Sí, salimos un rato... un par de copas y a las tres nos vamos a casa". A ponerse a ponerse que luego todo son prisas" me las tomo ahora y asi me suben dentro -¿me dejáis un carnet? -¿te vale con esto?"

DURANTE ¿Que si quiero o que si tengo? ¿te las pones tú? Tengo huevos para pasarte, para darte de ostias y lo que haga falta... ¿quién tiene el turulo? ¡¡¡yo lo enciendo!!! Va un poquito corto ¿no? ¿Las partes tú? Es que a mí me da asco... Venga, queda una, la mitad cada uno. ¿A donde vamos luego? (el DJ) Hey, ¿quieres pinchar tu? Yo estoy hasta la polla. ¿Has venido sola?

DESPUES Tío... ¿quién está pinchando? Voy a ponerme una raya para que se me baje un poco el pedo, ¿quieres? Vale que voy pedo, voy pedo... pero no voy cocido. ¿A qué hora cierra malasaña? Joder, tía, hacía tiempo que no me cogía este pedo... Déjalas, si son todas unas putas

UN POCO DESPUES Hace una noche.... espacial.... ¡tridimensional! Eres un tío de puta madre. !!Haztelo tu!!, !No haztelo tu! !! no....... Me sorprendo a mi misma de lo que sé de algunos temas que no tengo ni idea. Me sorprendo a mí misma... Buah, las rulas te comen el tarro, la farla por lo menos no es sintetico, yo que sé me mola mas el royo natural.... Coño tio, fijate bien, la luna se mueve... ¡Sé quién soy! ¡Sé quién soy!

MUCHO DESPUES No vuelvo a este garito. Duermo dos horas y me voy a trabajar. No es que a mí esto ya no me compensa. Prefiero no dormir pq si duermo va a ser peor. Qué dificil es todo.

Eran los mejores momentos de Clubbingspain, una página de internet de clubbers (se llaman así cuando son de Barcelona o Madrid; en mi pueblo son bakalas) que ya no rula. Digo "eran" porque en realidad esta entrada tiene unos años. La publicó (sin la foto) una joven e inocente Marta cuando La Petite Claudine tenía fondo de pantalla verde y no era mundialmente famosa. Son respuestas a la pregunta, planteada en un foro, de cuál es la frase más repetida por la noche. Lo descubrió el friki del andreu. Sirva pues de breve homenaje a los dos, ahora que apenas os veo...

Mis favoritas, además de la del titular, son: eres un tío de puta madre, háztelo tú, ¿a qué hora cierra malasaña? y duermo dos horas y voy a trabajar

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