Lady Halcón o la sublimación del sufrimiento
A mi, de pequeño, me flipó Lady Halcón. Más allá de Michelle Pfeiffer, quiero decir. Me gustó la película. No la había vuelto a ver hasta el otro día. Gracias a eso entendí muchas cosas y, de paso, concluí que ciertos guionistas deberían haber sido enviados al Tribunal de la Haya por crímenes contra la Humanidad. Me explico. Para el que no la haya visto, la película (podría decir "la cinta" y ya sería crítico de cine) es un pastel romántico ambientado en la Edad Media. Rutger Hauer (el capitán cachas) y Michelle Pfeiffer (la niña bien que está como un queso) son dos enamorados pero les han echado una especie de mal de ojo. El obispo estaba enamorado de la Pfeiffer y cuando se enteró de que ésta se estaba follando al Hauer-Pepito Piscinas decidió hacer un pacto con el diablo. Un pacto que iría un poco más allá de la natural coincidencia de intereses en cualquier relación diablo-obispo. El tío de retorcido tenía un rato, y decidió que Rutger Hauer sería por la noche un lobo y Michelle Pfeiffer, de día, un halcón, y que sólo podrían verse durante unos segundos al anochecer y al amanecer. Es lo que pasa cuando topas con la iglesia, amigo Sancho.
Bien, pues eso no es el final de la película. Es el principio. Y no es de terror; antes al contrario, está considerada una gran película romántica. Dos horas y pico de exaltación del amor más verdadero de todos, del más puro, bello y generoso. Porque, obviamente, el lobo no se lo monta con las lobas ni la chica-halcón con los halcones, ni Rutger Hauer con las campesinas ni la Pfeiffer con un monje yogurín interpretado por Mathew Broderick. Por favor, eso sería tan convencional y tan poco romántico... Lo bonito es estar hasta el fin de los tiempos pasándolas putas y aliviando los picores de cualquier manera; aguantar diariamente 11 horas, 59 minutos y 55 segundos antes de ver a tu amor eterno durante 10 segundos. 10 segundos que son el verdadero drama; la música alcanza un clímax épico-sensible (aunque es de Alan Parsons y los sintetizadores quedan un poco raros en tabernas y castillos de la Francia Medieval, en fin, cosas de los 80) , unos tenues rayos de sol iluminan las manos entrelazadas de la parejita... Es la puesta en escena de la verdadera maldición: verse lo suficiente para saber que nunca podrán tenerse. Luego el rollo es más prosaico. Se convierte el animal en persona y viceversa y siguen juntitos perseguidos por los malos, recibiendo yoyas por doquier, pasando hambre y frío. Pero ahí siguen todos, el cachas con el pájaro y la rubia con el perro, en plan Félix Rodríguez de la Fuente, con Broderick de carabina innecesaria.
Esta es la educación que nos dieron. Con estos mimbres vamos al instituto y observamos cómo se desarrollan nuestras compañeras o compañeros de clase. Con estos recuerdos en la memoria tenemos nuestras primeras relaciones más o menos serias. Y yo me pregunto, ¿Por qué? ¿Qué clase de mente enfermiza es capaz de educar a los niños para el sufrimiento? El no verse, no hablar, no follar, la autodestrucción y el echarle la culpa a un tercero es a lo que deberíamos aspirar todos si queremos el amor verdadero. El disfrute es para mentes débiles y corazones mediocres, pues debemos aspirar a la infelicidad. Porque el supuesto final feliz es casi lo peor de todo. Consiste en que rompen el maleficio, pero para eso tienen que esperar un eclipse total de sol. Un eclipse total. ¿Algún astrónomo en la sala? ¿Cada cuánto se producen? ¿Ven, señoras y caballeros, alguna diferencia entre esta película y la exaltación del sufrimiento que impregna algunas de las grandes religiones del mundo y que se justifica en aras de un paraíso que llegará el día del fin de los tiempos? Yo no.
Bien, pues eso no es el final de la película. Es el principio. Y no es de terror; antes al contrario, está considerada una gran película romántica. Dos horas y pico de exaltación del amor más verdadero de todos, del más puro, bello y generoso. Porque, obviamente, el lobo no se lo monta con las lobas ni la chica-halcón con los halcones, ni Rutger Hauer con las campesinas ni la Pfeiffer con un monje yogurín interpretado por Mathew Broderick. Por favor, eso sería tan convencional y tan poco romántico... Lo bonito es estar hasta el fin de los tiempos pasándolas putas y aliviando los picores de cualquier manera; aguantar diariamente 11 horas, 59 minutos y 55 segundos antes de ver a tu amor eterno durante 10 segundos. 10 segundos que son el verdadero drama; la música alcanza un clímax épico-sensible (aunque es de Alan Parsons y los sintetizadores quedan un poco raros en tabernas y castillos de la Francia Medieval, en fin, cosas de los 80) , unos tenues rayos de sol iluminan las manos entrelazadas de la parejita... Es la puesta en escena de la verdadera maldición: verse lo suficiente para saber que nunca podrán tenerse. Luego el rollo es más prosaico. Se convierte el animal en persona y viceversa y siguen juntitos perseguidos por los malos, recibiendo yoyas por doquier, pasando hambre y frío. Pero ahí siguen todos, el cachas con el pájaro y la rubia con el perro, en plan Félix Rodríguez de la Fuente, con Broderick de carabina innecesaria.
Esta es la educación que nos dieron. Con estos mimbres vamos al instituto y observamos cómo se desarrollan nuestras compañeras o compañeros de clase. Con estos recuerdos en la memoria tenemos nuestras primeras relaciones más o menos serias. Y yo me pregunto, ¿Por qué? ¿Qué clase de mente enfermiza es capaz de educar a los niños para el sufrimiento? El no verse, no hablar, no follar, la autodestrucción y el echarle la culpa a un tercero es a lo que deberíamos aspirar todos si queremos el amor verdadero. El disfrute es para mentes débiles y corazones mediocres, pues debemos aspirar a la infelicidad. Porque el supuesto final feliz es casi lo peor de todo. Consiste en que rompen el maleficio, pero para eso tienen que esperar un eclipse total de sol. Un eclipse total. ¿Algún astrónomo en la sala? ¿Cada cuánto se producen? ¿Ven, señoras y caballeros, alguna diferencia entre esta película y la exaltación del sufrimiento que impregna algunas de las grandes religiones del mundo y que se justifica en aras de un paraíso que llegará el día del fin de los tiempos? Yo no.
Etiquetas: beautiful girls, grandes primates
17 Comments:
puestos a tocar las pelotas, ese planteamiento no es diferente a casablanca, no?
al menos bogart y bergman se dieron algunos homenajes en el parís de antes de la ocupación.
no es la iglesia sino los nazis quienes les separan. Para el caso...
Pues habrá que dejar algún comentario aún a riesgo de estropear el blog. Total, ya lo he leído ;) (Ahí tienes un buen filón)
No sé porque te quejas, la película es lo que es, chica guapa para ellos, chico cachas para ellas, romántica para los románticos, de aventuras para los no románticos y además ¡termina bien! Incluso, si no recuerdo mal, se le ve algún trozo de carne a la Pfeiffer (telita con el apellido de la muchacha). Yo lo que creo es que estás picado y que cuando te rasquen, se te pasará y podrás ver de nuevo lo rica que está la Pfeiffer sin más.
Ejemplo:
Es como ver StarShip Troopers después de 5 horas de Starcraft. Estás mediatizado y sólo ves los errores estratégicos que cometen humanos y bichos. Pasando por alto las escenas de las duchas mixtas.
Al contrario, lucas, al contrario.
Casablanca sería un ejemplo en el buen sentido. Se presenta el amor como algo que, simplemente, sucede y que puede funcionar o no, ser viable o no, y que puede acabarse o no. Estos dos se separan, deciden separarse, después de haber disfrutado sus momentos, pero no por eso es un amor de segunda categoría. En Casablanca no se presenta el amor como una suerte de condena o don espiritual que está por encima del bien y del mal, y que si toca follar se folla y si toca ir toda la vida con un puto pájaro a cuestas, pues con el pájaro.
¿David, tú eres un intelectual? Porque si no lo eres me vas a joder el blog por leerlo mal...
Estereotipo de relación putada, por que andas como el perro del hortelano (o mejor dicho como el lobo) que ni come ni deja comer. Es un absurdo como todas las comedias romanticas pero he de reconocer que a mi me entretienen un rato... :-)
¿Cadencia de eclipses de sol totales? más o menos uno cada tres años (más menos que más). Ahora, el eclipse es visible desde una franja muy limitada, por eso lo que es complicadísimo es que se produzca el eclipse y, además, te pase por encima. En ese sentido la probabilidad debe ser parecida a que te toque la lotería.
"¿David, tú eres un intelectual? Porque si no lo eres me vas a joder el blog por leerlo mal... "
Acabas de ganar un lector para tu blog; has citado una de mis películas favoritas.
Enhorabuena por la primera entrada y sigue así.
Uy, jasev, pues aqui te vas a jartar. Aunque si te fijas el que ha abierto el melón de Amanece ha sido el anónimo (o sea david). Y gracias
Y visto lo visto también tendrá que caer algún frikipost sobre el starcraft. "El uso de las minas como arma ofensiva", en plan benito floro "el saque de banda en el juego de ataque"
"Es lo que pasa cuando topas con la iglesia, amigo Sancho".
Pasa, pasa... que Escolar te enlaza.
"¿Por qué? ¿Qué clase de mente enfermiza es capaz de educar a los niños para el sufrimiento? El no verse, no hablar, no follar, la autodestrucción y el echarle la culpa a un tercero es a lo que deberíamos aspirar todos si queremos el amor verdadero".
Folla, hombre, hasta que se te sequen los huevos. Con la novia, con el novio, con tu madre o con una vagina en lata. Se critican por retrógrados los matrimonios de conveniencia económica (salvo que sean gays), pero se tienen por buenas y avanzadas las relaciones por conveniencia sexual. ¡Folla, folla, gilip...! Perdón.
http://justicia.bitacoras.com
Es que no había suficiente con los príncipes azules -que nadie avisó que desteñían-, con las ranas metamorfoseadas en figurón con principado, con la jartá de elfos perfectos con los que creer que la vida es eterna y los pies livianos.
Y luego se meten con Humor Amarillo, cuna del "carpe diem" en estado puro.
Una friki more for your blog, Monsiuer Pierre.
as
A los que nos conocemos. Por qué no venís a hacer el chorra también en el mío? Manga de cabrones.
Coño jordi, porque no funciona
Si te mande un email
No funciona, no funciona....
es que no sabiamos que habias cambiado de dirección... Además, escribes en un idioma extraño :P
Pues si a mí que abulto un 10 % de Rutger Hauer me sacara de un charco helado Michelle Pfeifer y un perro qué quereis que os diga ?
El resto de la vida, o sea de la peli es prescindible
He de decir que la peli me encantaba en mi tierna juventud y que la conseguí en DVD hace poco.
Los protagonistas son tremendamente bellos, pero la historia es de pegarse un tiro. Como La Princesa Prometida. Como Leyend. Todas incluyen cierto retorcimiento en sus argumentos.
La única de esa 'serie' que tiene un poco más de alegría es Willow. Las mujeres guerreras siempre me han inspirado.
Interesante blog.
Siga así, se lo ruego.
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