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Y allá van de nuevo...

sábado, junio 23, 2007

Sun Tzu

Leo en La Vanguardia que en el coche con explosivos de Ayamonte encontraron una camiseta de la selección española de fútbol y un libro de Sun Tzu, El Arte de la Guerra.

Hace tiempo alguien acuñó la expresión "terrorismo del bienestar", resultado de combinar la Españaza de megapíxels y terapeutas con la apliación práctica del nacionalismo en estado puro. Es decir, dado que soy mejor que el otro y que el otro es la causa de todos mis problemas, la solución es eliminar a lo que yo pienso que es el otro, a pesar de las dificultades de identificar al otro, pues puede ser el compañero de curro de mi hermano, el que está delante en la puta cola del Ikea o el tío que alquila el garaje.

Hace unos años un glorioso soldado eskaldún se fue con el coche de su padre a ver si mataba un par de guardias civiles de tráfico en La Rioja. Creo que disparó con una escopeta de postas a larga distancia y se lo cargaron. Y qué me dicen de aquel Otegi que primero mató a dos Ertzainas porque iba hasta arriba de todo y después se convirtió en héroe sobrevenido del movimiento de liberación. Y yo creía que lo había oído todo hasta ver que los terroristas utilizan los mismos libros que los ejecutivos de multinacionales. No sé dónde se compraría El Arte de la Guerra, o si se lo leía antes de ir a dormir, o si le comentaba las frases a sus compañeros. O si también habría adquirido Quién se ha llevado mi Queso o La Fuerza del Optimismo. O si usaba muy a menudo manuales de autoayuda y el cabecilla del comando utilizaba técnicas de motivación de recursos humanos.

Probablemente encontró en el libro de Sun Tzu alguna clave para mimetizarse con el entorno, y ahí se le ocurrió la brillante idea de matar opresores españoles con una camiseta de la selección española. La verdad es que no tengo ni puta idea de qué demonios pasa por la cabeza de esa gente. Pero después de me acuerdo de Hotel Ruanda, y supongo que ellos también han escuchado que hay que exterminar a las cucarachas.

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domingo, junio 17, 2007

Barça 2007

En el mes de agosto busqué un bar en Colonia donde pusiesen en Gamper, y el Barça ganó bien al Bayern. Pocos días después busqué otro bar donde ver la Supercopa de Europa, esta vez en Holanda, y pude comprobar cómo el Sevilla nos pasó por encima. Después fui con mi primo al Nou Camp a ver la Supercopa de España, donde hice esta foto con el móvil, y ahí ganamos un título, probablemente el único de la temporada. La gente cantaba "A segunda" al Espanyol, que perdió la Uefa en los penaltis y nos hizo perder, una vez más, la liga.


Después fui otra vez al campo, a ver al Valencia. 1-1, pero muy buen partido. Luego invité a gente a casa para que viesen cómo el Madrid nos zurraba, y cancelé planes para ver todos los partidos de Champiñons. Vi con el Doctor Malcolm el lamentable partido de Bremen donde Eto'o se lesionó, jodiendo media temporada, y cómo Messi, siempre Messi, salvaba los muebles. Después nos jugamos media temporada en noviembre, y salimos bien. Pero luego me quedé un domingo por la mañana en casa para que unos mataos brasileños nos la hiciesen colorada. En algún momento se había lesionado Messi. Y Rijkaard tiró por la borda la eliminatoria con el Liverpool. Y los tres de Messi en el Nou Camp. También compré en pay per view el 0-1 del Zaragoza, y no vi el 5-2 al Getafe ni, tampoco, el 4-0 del partido de vuelta. Vi el 2.0 que nos metió el Villarreal, y escuché en la radio, volviendo de viaje, cómo el lamentable Betis nos empataba en casa en el último minuto.

Como dice Jordi, quina crueltat el sábado. Así que hoy he decidido no ver el partido. Me dicen que el Barça gana 0-3 y el Madrid palma, pero he visto al Barça perder la liga unas cuatro o cinco veces.

Enhorabuena a los sevillistas, pase lo que pase.

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Escape

Lo bueno de haber escrito un par de entradas de alto componente friki sobre el Starcraft es que ahora les puedo explicar que el motivo de que lleve un porrón de días sin actualizar es Xeno Tactic, y la sinceridad es importante en cualquier tipo de relación. Bueno, Xeno Tactic y el curro, otras 100.000 cosas y el lamentable estado mental en el que llega uno al momento del día en el que puede escribir algo.

Hablaba ayer con El Ucraniano Aniano de por qué no actualizamos más (aunque él actualiza más y mejor que yo); si por falta de tiempo o de temas. Creo que ya les conté que un blog después de los siete u ocho meses de rigor, tiene varias salidas. El blog-púlpito, reciamente español, en el que se postula con conocimiento de causa sobre la actualidad que toque, el blog-referencia (juas), en el que alguien habla un día tras otro de lo mismo a lo que se dedica (sistemas hidráulicos, tecnología o derecho procesal) para gente que también se dedica a eso (los profanos suelen salir escapados) y el blog personal, en el que cada uno habla de lo que le pasa y de sus manías. Aniano me miró raro cuando le dije que las paranoias y manías de uno son finitas, y me comentó que en una visita al supermercado ve 50 cosas interesantes. Y es verdad. Es cuestión de tiempo y de utilización de la ya degradada capacidad neuronal.

En todo caso, por respeto a ustedes, tiendo a no hablar de blogs como estoy haciendo y a no actualizar por actualizar como quizá también esté haciendo.

Miro al teclado buscando algo curioso y veo la tecla Escape. La tecla Escape es como el portero de fútbol. Especialita ella. Todas las demás teclas están juntas y tienen letras y números. Tienen sus grupitos (las Fs, el teclado numérico, las flechitas...) y disponen sus propias categorías, porque que no me entere yo de que una q anda por ahí dándoselas como si fuese una tecla de inicio de windows o, no digamos ya, una barra espaciadora. Pero la Escape está ahí arriba a la izquierda, ella sola, y se llama "Escape". Una vez, con el primer Amstrad que tuvieron mis padres hace mogollón de años, se vino un compañero de clase a verlo y se me colgó. El tío no había visto un PC en su vida, pero me dijo "dale al Escape". Obvio. La tecla Escape está para escaparse. Es una gran tecla.

Recuerdo que hace mucho tiempo escribí una entrada sobre el Control-Z y lo bonito que sería tener un Control-Z vital. Y ahora que me fijo en la tecla Escape me doy cuenta de que una de las cosas que más apreciamos de los ordenadores no es sólo las prestaciones para las que están diseñados. Es que, además de todo eso, son máquinas del tiempo. Nos permiten volver atrás cuando algo no nos ha salido bien, las cosas se arreglan volviendo a empezar de cero, e incluso hay combinaciones como Escape o Alt-Control-Suprimir que nos permiten cerrar un capítulo, acabar con algo que nos da dolor de cabeza o de lo que no podemos escapar. Nos permiten dominar el tiempo.

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domingo, junio 10, 2007

la primera vez

Es un poco idiota hacer una crónica de un concierto dos o tres o cuatro semanas después del acto, pero a veces estas cosas no las eliges y, qué demonios, lo hago por amor al arte y, además, esto no es una crónica. En realidad, son dos conciertos. Chavetas. Y a la Soga 74. Los dos que he visto últimamente. Unos de Toledo, otros de Burgos (perdón, de Gamonal). Para Chavetas era el primer concierto y lo hacían en un sitio que antes era el San Mateo, 6 y ahora no sé como demonios se llama. Los otros en el Gruta.

La primera vez es eso, la primera vez. Luego hay otras mejores y algunas peores, más o menos divertidas, y cada vez es una historia, pero la primera es distinta a todas, y así se queda en la memoria, casi como un pedazo de infancia. Quizá la infancia consista en eso, en que las cosas pasan por primera vez, y por eso sea, en parte, un estado mental. Y quizá los recuerdos, según pasa el tiempo, van siendo sustituidos por aquello que queremos recordar o por una imagen ideal de aquel día. De hecho, creo que la mayor parte de los recuerdos que tenemos de la infancia son imágenes creadas a posteriori o interpretaciones distorsionadas de lo que en realidad pasó.

En el primer concierto todos están excitados. Los que tocan y los que miran. Se observan entre ellos (se huelen) porque los unos no saben cómo les va a salir ni los otros qué les espera, y todos esperan la reacción del otro. Y se saluda todo el mundo, porque el primer concierto es como una boda y están los del curro, los colegas de toda la vida, gente que no sabes por qué va y otros que hace mucho que no les ves. Y los que tocan comprueban siete veces el mismo cable, porque quieren parecer profesionales y porque no saben qué se hace en esos casos. Cuando se toca ya es otra cosa; hay gente que disfruta más y otros menos, como en todo. Lo habitual es ir a toda velocidad para terminar pronto, como si el último bis fuese la meta, el objetivo que cumplir. Sacarlo todo de golpe y el 'lo hemos hecho, joder'. Chavetas no. Chavetas es otra cosa; se lo pasaron bien tocando, hicieron el payaso, tocaron sin miedo, como si estuviesen en el local de ensayo y, presumo, se lo pasaron bien después. Pero es que tienen bastante morro, y eso no es lo normal.

Ahora, supongo, cuando pasen por delante del local (infame, como todos los locales del primer concierto) tendrán esa sensación de que han hecho una cosa más en la vida, que se han puesto a hacer música para divertirse ellos y para que sus amigos se lo pasen bien una noche. Chavetas darán muchos más conciertos, eso se les nota, pero aunque el de ayer fuese el último concierto, los ensayos, la pasta, el tiempo, los planes a los que han renunciado, habrán merecido la pena.

Soga 74 ya son otra cosa. Quiero decir, que salen 1.630 resultados en Google. Dieron un pedazo de concierto de rock, así, con todas las letras, en el Gruta 77. La gente, quitando el clásico grupo de burgaleses expatriados (que son algo así como el 20% de la población de Madrid) iba a ver al siguiente grupo, Mother Superior, pero doy fe de que les flipó el grupo de Ponchete y compañía, con su sonido en plan Hellacopters y ese rollo de rockero sin pose que sólo un rockero sin pose puede tener. A mí también me fliparon. Tenía, además, una de estas deudas extrañas por no haberles ido a ver antes. Una deuda autoimpuesta, de esas que nos generamos nosotros mismos y que nadie nos dice ni decimos a nadie, pero que tenemos en cuenta.

También se lo pasaron bien los de la Soga, se les notaba. Tienen callo, pero tocaban en el Gruta 77 con público desconocido y teloneando a Mother Superior, que yo no les conocía pero son cojonudos, además de la banda de Henry Rollins. También me gustaron, ya que me pongo, Mother Superior, tres frikis americanos sacados de Clerks. Pero sobre todo la Soga 74. Aunque, la verdad, no esperaba menos. Rock rápido, en inglés y español, garajero, antítesis del mogollón de grupos artificiales que salen en los suplementos de los viernes de los periódicos o en las revistillas de tendencias. Cinco tíos que se lo pasan bien tocando y que tocan lo que les gusta. De eso se trata.

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lunes, junio 04, 2007

Sky Bacon


Tocino de Cielo, Sky Bacon of the House. También es una perlita el "The prices will be seen increased", con uso del pasivo, o algunas cosas que no entraron, desde un genial espanglis que convierte la Lubina a la Espalda en "Lubina to te Back" o el vino tinto en "Tinted Wine" hasta llamar a la ternera lechal "Sucking Veal", es decir, ternera mamona.

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