obama
Antes de tomar posesión Lincoln, los Estados del Sur declararon la secesión, empezó la guerra y Hollywood encontró una mina para hacer películas melosas y prescindibles. Ahí abajo, EE UU en la guerra Civil. El rojo, los Confederados, en Azul, los Federales, en amarillo y naranja, Estados de la Unión esclavistas. En gris, Kansas, no sé por qué.
En 1863, durante la guerra, Lincoln publicó la Ley de Empancipación, que fue incorporada a la Constitución después de su asesinato. Como era republicano, el Sur de Estados Unidos (Georgia, Alabama, Louisiana, Tejas y otros sitios de mozos bien criados y granjeras de generosos pechos) fue demócrata durante el próximo siglo. En Wikipedia se pueden ver los mapas mejor, pero aquí va uno, el de las elecciones de 1924 que ganó el republicano Coolidge. Como se ve, prácticamente está clavado de los Estados de la Confederación.
Durante 72 años a partir de la reconstrucción (1876), y con la única excepción de 1928, el Sur votó demócrata. Y los Estados estaban gobernados por demócratas. Es la época de las "Jim Crow laws", es decir, normas estatales que forzaban la segregación racial; los negros eran iguales porque lo decía la constitución, pero debían estar separados para casi todo y, en la práctica, no podían votar. Algunas sentencias del Supremo echaban para atrás determinados aspectos de estas leyes, pero vamos, los jueces tampoco es que ejerciesen una gran autoridad sobre las relaciones diarias entre granjeros y aparceros de color.Los movimientos de derechos civeles no llegaron hasta la Segunda Guerra Mundial. En 1941, después de que sindicatos negros amenazasen con una gran manifestación en Washington, Roosevelt emitió la Orden Ejecutiva 8802 que impedía la discriminación salarial en la industria militar por motivos de “raza, credo, color o nacionalidad”.
Era la primera amenaza seria de movilización de los negros. Lo de la emancipación de Lincoln era en gran medida una demanda de los blancos, ligada a la modernización del Norte. Y lo que sucedió de entonces en adelante eran, casi siempre, peticiones por las buenas apelando a la buena voluntad de los que mandan. En 1941, de resistencia pasiva nada: huelga y manifa, como debe ser. En 1948 Truman redactó la orden 9981, que impedía la discriminación en las Fuerzas Armadas, y en el programa de las elecciones 1948 los demócratas incluyeron una plataforma de igualdad de derechos civiles que rompió el partido. Los demócratas del Sur se agruparon en nuevo partido, los Dixiecrats, que ganaron en cuatro Estados sureños. Truman fue elegido presidente con comodidad.
La cosa siguió más o menos así. El sur se mantuvo demócrata en las palizas de Eisenhower a Stevenson (una especie de Rajoy demócrata), y se mantienen las broncas entre demócratas del norte y del sur. El mapa de arriba es el de 1956. Lo de Rosa Parks y el autobús empieza, por cierto, en 1955. En las elecciones de 1960 Kennedy gana por poco voto popular pero más de 300 delegados, y probablemente gracias al voto negro, después de pedir en plena campaña que liberasen a Martin Luther King, detenido en Georgia. El año clave es 1964. Asesinado Kennedy, Lyndon Johnson trata de aprobar la Ley de derechos civiles que prohíbe la segregación en escuelas, el trabajo y los lugares públicos. Más que una pelea de partido, fue de nuevo una pelea territorial. El 93% de los representantes demócratas del Sur y los 10 republicanos del Sur votaron en contra; el 94% de los demócratas del Norte y el 85% de los republicanos votaron a favor. La ley quedó bloqueada durante 57 días en el Senado con lo que llaman filibuster, que es hablar y hablar para que nunca se vote. "We will resist to the bitter end any measure or any movement which would have a tendency to bring about social equality and intermingling and amalgamation of the races in our (Southern) states", dijo Richard Rusell, demócrata por Georgia. Pero la ley pasó, y se supone que Johnson, mientras la firmaba, dijo "hemos perdido el Sur por una generación".En las elecciones de ese mismo año los republicanos colocan como candidato a Barry Goldwater. Además de abogar por un Estado federal minimizado, por cargarse los programas de seguridad social y defender a las grandes empresas. Goldwater cambió la agenda del partido de la modernez, el de Lincoln y Theodore Roosevelt por una retahíla más bien pacata de valores tradicionales, familia, Dios y armas, aderezada con una decidida apuesta por no abolir la segregación racial en los Estados que la permitiesen: Goldwater fue uno de los que votó contra la Ley de derechos civiles. Johnson sacó el 61% de los votos, el récord desde 1820. Eso no impidió que Goldwater sea visto como una especie de héroe por los neoconservadores. Lo interesante es cómo el mapa electoral es prácticamente inverso al de hace sólo ocho años.
No sé si el rollito héroe de Goldwater viene por la orgullosa estupidez de sus propuestas o por haberse vendido como un mártir que sacrifica su carrera política en aras del más elevado ideal posible. El caso es que los neocon consideran que es el precurson de Nixon, Reagan y, por tanto, de la revolución conservadora de los 70 que llevó a Estados Unidos a la degeneración política y moral de George W. Bush. Un hombre que no curró en su puta vida fue elegido presidente en un proceso más bien oscuro, legalizó la tortura, mintió a su país para ir a una guerra y suspendió los derechos civiles básicos. Los ultraconservadores editorialistas del Wall Street Journal sólo eran capaces de decir (más bien, balbucear) el lunes, a título de despedida, que Bush consiguió evitar otro 11-S. Gallifante para ellos.
En todo caso, y por más que Obama duerma hoy en la Casa Blanca y la victoria haya sido arrolladora, el tema racial sigue siendo determinante. El de arriba es el mapa de estas elecciones. Se sigue viendo la división, pero quizá, sólo quizá, la cosa pueda empezar a cambiar. La estrategia del partido demócrata desde que llegó Howard Dean ha sido radicalmente distinta a la de otras elecciones. En lugar de intentar amarrar los estados más poblados que aseguren la ventaja en votos electorales (ya saben, California, Nueva York y otros nidos de sodomía y comunismo) ha buscado una estrategia a 50 estados. Le salió bien, ganó en un buen puñado de Estados republicanos y llegó a ser una amenaza en sitios frikis como Montana o Dakota. En el mapa de abajo, sacado de una página guay del Times se ven los movimientos de voto a favor de los demócratas respecto a otras elecciones. Salgo una franja en los Apalaches, el delta del Mississipi (pese al Katrina) y Arkansas (creo que John Edwards, el segundo de Kerry, era de por ahí), Obama se fortalece en casi todo el Sur. En realidad en casi todo el país pero, bueno, quizá sea relevante que allí donde la raza marca la política desde hace 150 años un negro recabe tantos apoyos.
No sé qué habría pasado de no haber pasado el señor Bush y su pandilla basura, que gracias a un atentado han hecho lo que se les ha puesto en la puntita, con los resultados esperables. Quizá la distorsión generada por el, probablemente, peor presidente de la historia hace que toda esta morralla que les he metido en vena sea todavía más inútil de lo que ya es. Y que dentro de cuatro u ocho años tengamos a un Kerry dos tratando de hacer amigos entre las hienas y rebañando un puñado de votos en el Medio Oeste. Quién sabe. Pero bueno, el caso es que Obama ya es el presidente de Estados Unidos, y la fuerza de las imágenes de hoy, la misma fuerza que le ha acompañado desde el principio, es muy poderosa.
Premio para el que se lo haya leído todo: el jueguecito flash de las elecciones.
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