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Y allá van de nuevo...

jueves, julio 23, 2009

Samu en la A-1

Los viajes en coche entre Burgos y Madrid, del domingo por la tarde, son viajes de atasco y carrusel deportivo. Me gusta el carrusel, y el viaje se me hace más corto, sobre todo si el que juega mientras voy en el coche es el Barça. Un partido de los que no echan por la tele y que tampoco es tan importante como para pagar por verlo o bajar al bar. Conducir solo por la carretera y escuchar el partido es una forma diferente de verlo; tratas de imaginarte cómo está siendo, y quizá esa incertidumbre haga que los goles los celebres más que cuando los ves en la tele. Al menos, es mi caso. Y en los recuerdos de goles retransmitidos los domingos por la tarde, cuando el partido se complicaba y en la radio decían que el otro equipo estaba echado atrás mediada la segunda parte, solía aparecer Samuel Eto'o.

Ya no. Ahora tendré que esperar los goles de Messi o Ibrahimovic, supongo. Y, bueno, supongo que a ningún culé de buena pasta eso le puede parecer una gran noticia. Así que, por mi parte y mientras no le despidan como es debido, le dedico esta entrada de una tarde de domingo sin fútbol.

130 goles en cinco años, tres ligas, una copa y dos champiñons. Si la alegría de Ronaldinho sacó al Barça del pozo, el carácter de Eto'o nos llevó a lo más alto. El gol del 0-1, o el del empate cuando el partido se complicaba, el del atasco en la A-1, era el gol de Eto'o. Era su trabajo. No vendía camisetas ni hace apenas anuncios; trabajaba para meter goles y llevar al equipo a ganar títulos. Puede ser casualidad, pero de los cinco años en los que estuvo en el Barça se lesionó de gravedad al inicio de la temporada en dos ocasiones, y esos dos años el Barça no ganó nada. Lo que no es casualidad que en las dos finales de champiñons abriese la lata él. En París, cuando perdíamos a falta de menos de un cuarto de hora. En Roma, tras un inicio flojete del equipo, el gol de Samu fue el inicio de un baño de los que no se suelen ver en las finales.



Aquí se ve a Eto'o; pongan el vídeo (si quieren) a partir del minuto 4.30. Saque de banda que Messi presiona tímidamente; Eto'o deja espacio al central izquierdo para que le den el balón, en cuanto sueltan el pase él acelera la presión y obliga al central a retrasar al portero y a éste a rifar la bola. El balón suelto en el medio campo lo recoge Iniesta, que hace la pared con Xavi y en cuanto Iniesta encara Eto'o ya se abre el hueco buscando la diagonal. Luego, control orientado, recorte y remate con la puntera. Ni el control ni el recorte ni el remate son para enmarcar. Pero 1-0 y la Champions encarrilada. También fue suyo, aunque de rechace y tras fallar un penal, el del 1-0 al Madrid en casa. Es su trabajo, los goles. Lo cumple y le gusta que cumplan con él.

No quiero ponerme ahora a despellejar a Guardiola. Al contrario, Pep ha sido capaz de sacar lo mejor de Eto'o. Pero no le quería y no le quiere. Ni es tan hipócrita como para esconderse debajo de una piedra ni tan ruin como para airear públicamente los motivos. Se calla y asume la responsabilidad; protege a los suyos aunque se vayan. La rueda de prensa del otro día, por más que la gente le haya puesto a parir con lo del feeling, le convierte más aún en el líder real del Barça. Ahora, él es el líder y se ha ganado este año todo el crédito del mundo. Él decide, y piensa lo mismo que hace un año, que es necesario cambiar algunas cosas, y Samu es una de ellas. Y ya está. Por no tomar decisiones difíciles, el equipo de Rijkaard se disipó con el tiempo. De los de la final de París quedan Valdés, Puyol, Márquez, Xavi, Iniesta y, aunque no jugó, Messi.

A mí, por otra parte, siempre me ha parecido ver en Eto'o nobleza, pero una nobleza distinta de que lo que se suele estilar. Una nobleza de puertas adentro, no de cara a la galería. Tiene su ética, sus valores, y le importa tres cojones quedar bien o mal con el resto del mundo. Pero es noble en el campo y fuera del campo. Es capaz de derribar una pared a cabezazos cuando piensa que algo es injusto. No entiende a Guardiola, y es normal. Y cree que el Barça no le ha tratado como se merece, y tiene toda la razón. El rosario de torpezas de la directiva -y del representante de Samu- con las que la situación se ha ido encabronando no le hacen justicia. Pero tampoco se le puede reprochar nada. Él es como es. Si no fuese así, si sonriese a las cámaras mientras se está cagando en el mundo entero no sería Eto'o. Copiopego artículo de futbolitis después de la rajada de Vilafranca:

"A la inversa que Ronaldinho, trabaja en el campo y descansa fuera. El fútbol siempre ha sido su manera de subsistir, de crecer y de cumplir el sueño del chico que no es nadie y consigue que todos le idolatren. Por esto, Samuel entrena y entrena, se marca cada vez metas más altas. Samuel no quiere saber nada de su imagen, de cómo ser correcto, como llegar a los medios, no cuida los detalles fuera del campo porque el cree que es su descanso es su vida privada y que nadie tiene derecho a meterse en ella".

Eto'o era capitán en el Mallorca y tiene una fundación que escolariza chavales en Camerún. Y cualquier rueda de prensa que vean de Samu se aleja bastante de los tópicos. No es Don Perfecto, pero además de noble, es una bestia competitiva, con sus ventajas e inconvenientes. Si hay pelea, mejor tenerlo de tu lado. "Ambición desmedida, ego superlativo, ansiedad por ganar, fuerza desmedida en sus acciones y sus actos, velocidad en sus respuestas, agresividad y contundencia. Esta es la definición del Samuel Eto’ o persona, pero como podéis ver son las mismas cualidades que demuestra en el campo y que le han llevado a ser el mejor delantero centro del mundo", decían también en Futbolitis.

He visto a Eto'o varias veces en el campo. La última fue el partido contra el Athletic de Bilbao de Liga, en el Nou Camp. Fue uno de esos que Eto'o se pelea consigo mismo. Falló mil goles y se enfadó con el mundo. Pero antes de eso habían marcado Busquets y Messi de penalti. Pero le he visto marcar goles en el campo. Y he escuchado cómo resolvía partidos.

Ahora se va con Mourinho. Si se llevan bien y Eto'o está en buena forma, ojo, son tal para cual. Y, por lo demás, a mí Ibrahimovic me parecía delantero para el Barça desde que estaba en el Ajax y le llamaban Zlatan. Ahora, entonces Eto'o aún no había sido lo que es ahora: el mejor delantero de la historia del Barça. Gracias, Samuel.


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martes, julio 21, 2009

El kinki fashion victim

Hacía tiempo que no pegaba la oreja a una buena conversación en el Metro, una de mis aficiones favoritas. Quizá los móviles con altavoz (en sus versiones reaggeton, flamenquito o makineto cantadito) tengan algo que ver. Pero la del otro día me sirvió para descubrir una nueva tipología de tribu y, si alguno de ustedes lo recuerda (en el improbable caso de que haya algún ustedes leyendo) quien perpetra esto que antes era un blog tiene un extraño gusto por la taxonomía urbana. Descubrí al kinki fashion victim.

Iba, pues, con mi librito, y me coloqué en la plataforma del extremo del vagón, apoyado en la puerta que no se abre y al lado de dos chavales. Edad, unos 16. Pinta, chunga. No tan chunga como para cambiarme de sitio (en realidad, salvo tarados que gritan o gentuza maleducada, no suelo hacerlo) pero de estos que miras de reojo. Rollo callejeros. Pegué la oreja cuando les oí hablar de alguien cuya principal característica era "sí, ese que va siempre con la camiseta de Cristiano". Después comentaron una pelea. Se había metido en una el Johnny, o el Charlie, no recuerdo, y alguien había sacado una navaja. En consecuencia, "el Johnny había perdido una gorra de treintaytantos leuros". "¿Una negra?" "No, una blanca, xxxxx (de la marca no me acuerdo) que es así como larga" "Ah, esa mola mucho; es que la negra a mí no me gusta". Todo esto con acento muy kinki.

Lo comentado de la pelea no era el resultado, ni el asunto de la navaja, sino la gorra. Siguiente conversación. Acerca de una bolsa de otra marca desconocida que uno ve en el andén de una estación y comentaque "ahora la lleva todo el mundo". Y tercera conversación, hablando de uno de ellos que ha ido a la presentación del dichoso Cristiano. "Pues se ha cortado el pelo". "¿Y como lo lleva?" "Pues así, como un poco largo por aquí, como los xxxx (creo que dijo popis, pero no le entendí)" "¿Como yo?" "No, tiene como más pelo por aquí por los lados, y un poco largo por atrás". Y así. Tampoco es que llevasen unas pintas muy cuidadas, iban todo de negro con unas zapatillas estúpidamente grandes, pantalones en plan militar y poco más. No iban de bakalas, sin más bien de macarrillas. Podrían haber pasado antes por raperos garrafón (muy, muy garrafón) que por bakalas de toda la vida. Pero no, eran dos kinkis de toda la vida y no hablaron de tías, de drogas, de salir, de peleas, delitos menores o de lo cabrones que son los padres. Hablaban de trapitos. No en el plan en el que de chavales se hablaba, en mi era, de las J'Hayber y se hacía corrillo a quien traía unas nuevas. No, el interés por el detalle era digno de una versión masculina, quinceañera y cutre de Sexo en Nueva York. Y, bueno, no puedo comentarles más. Pero mi cacac

Actualización: El "Pero mi cac" de arriba no sé qué pinta. Sé que es texto falso, pero lamentablemente no les puedo decir que era el inicio de una disertación sobre el Madrid de 2009 porque no recuerdo qué decía la frase eternamiente mutilada

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