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Y allá van de nuevo...

lunes, mayo 11, 2009

tele mala

Cuando eres pequeño, es relativamente habitual que te racionen la tele. Bueno, en mi caso no lo recuerdo, pero a mis primas les decían que la tele emitía "radiaciones" (palabra peligrosa donde las haya). Y una buena amiga mía tuvo durante muchos años una tele con llave. Aunque el hecho de no recordar nada supongo que obedecerá a que lo que pasaba en mi casa yo lo consideraba "normal", y seguramente mi prima o la de la llave considerarían "extraño" algo que pasaba en mi casa.

Esta divagación, sin mucho sentido, viene a cuento de un curioso estudio económico que he leído por ahí. La presentación de los datos no es, precisamente, la más intuitiva ni clarificadora con la que me he encontrado, de modo que necesita explicación. Es una regresión múltiple (después de decir esto lo que vendrá ahora irá en serio a la fuerza) sobre el nivel de ahorro familiar. En cristiano, ¿cómo interactúan determinadas variables con el ahorro familiar? Y, como titularía un periodista de hoy en día, "el ahorrador medio es hombre, tiene barba, no le gusta el melón con jamón y vive en Tomelloso".

Centrémonos, la variable dependiente es el ahorro y las variables independientes son la renta anual, el sexo, la edad, la educación, la raza, el trabajo... Y las horas de televisión que se ven al día. Lo he visto, por cierto en Rortybomb, y el estudio viene de un libro de los años 90 llamado The Overspent American. Está hecha a partir de una encuesta hecha a trabajadores de la industria de las telecomunicaciones, y como digo es del año del catarro.

La cuestión de la tele tiene una pregunta con trampa, ¿la gente que chupa más tele, ahorra más o menos? Puede ahorrar más porque gasta menos en salir o practicar actividades menos pasivas (opción verosímil, tele=casa=ahorro), o porque está más al loro de las maravillosas ofertas de la sociedad de consumo (carcajada aquí, por favor). Alternativamente, quizá la tele nos induce a consumir más de lo que deberíamos, pues precisamente para eso es para lo que está creada. Cada hora a la semana de televisión por encima de la media implica, así dicho a lo bruto, que se ahorran 208 dólares menos al año. Vamos, que la tele está bien hecha. Es decir, cuanta más tele chupas, menos dinero ahorras. Bien por la tele.

El blog que enlazado antes incluye otra referencial al libro de marras: Es cómo de desahogada ve su propia situación económica la gente de distintos niveles de ingresos. Un 69% de quienes ganaban menos de 10.000 dólares (de la época) decían que gastaban casi todo su dinero en necesidades básicas. Un 19% de los que ganaban más de 100.000 dólares (de la época, unos 140.000 ahora) aseguraba lo mismo, que se les va todo en la compra y la nómina no da para más. Que no está mal; son más de 100.000 euros.

La cuestión enlaza con lo de la televisión. Y con lo de los padres. Porque la percepción sobre las necesidades de cada uno y la contingencia (amanecequenoespoco) de las cosas que compramos es subjetiva. Es algo básico en la economía del comportamiento; como dicen en el blog si en condiciones normales pones un vino de 10 euros, uno de 20 y uno de 30 nunca te pedirás el de 30, pero si te ponen uno de 10, uno de 30 y uno de 80 te pedirás el de 80. O si todos tus compañeros de facultad se lo piden de 30. Y así va todo. Todos sabremos de alguien que cobra un pastón pero aun así vive infinitamente por encima de sus posibilidades; lo que a nosotros nos parece aberrante a él le parece normal, porque en su contexto es normal. Y la televisión hace parecer normales las cosas que no son normales. Por eso la tele es mala. Y, además, cuesta dinero.

martes, mayo 05, 2009

Después del 2-6

Se lo dije a un buen amigo madridista, que seguía obcecado: "Es mejor que no te creas todo lo que pone el Marca, porque quizá no sea cierto". Se lo dije antes del Partido versión 2.6.

Cruyff acuñó la palabra entorno aplicada al Barça. La acuñó sobre todo para descargar culpas cuando la cagaba, pero no le faltaba razón. El entorno del Barça tiene la habilidad de crear facciones enfrentadas a partir de la nada, o la de machacar a los suyos sin motivo aparente. El del Madrid es otra cosa. Es un megaentorno, pues además de los dos medios futboleros madridistas (dos de los diarios más leídos de España), añada usted la mayor parte de los medios no deportivos, algunos de los cuales, como Cuatro, poco tienen que envidiar a los planfletos de pago.

En Madrid, sin embargo, nunca he oído hablar del entorno, y quizá sea precisamente por eso, porque la relación entre la información (risa aquí) deportiva y el Real Madrid es tan estrecha que se hace difícil separar la realidad de las percepciones. Las famosas sombras de Platón. Hasta que la realidad deslumbra, como pasó el sábado. Porque el bofetón de realidad no lo han recibido los jugadores, ni el entrenador, que han hecho este año un trabajo impresionante con pocos recursos, sino ese entorno, esos medios más hooligans que cualquier hooligan y los aficionados de a pie que se creen lo que cualquier juntaletras pone.

(click en el serial de portadas. Mención de honor para El Mundo Deportivo, dedicado a copiar los inventos más zafios de sus colegas de Madrid)

España ganó la Eurocopa con un fútbol delicioso. Apenas medio año después ha surgido inopinadamente un equipo que juega como nunca se había visto en España. Y que gana, porque cuando se juega como los ángeles, lo normal es ganar. Ocurre sin embargo que su principal competidor, también de forma inopinada, ha encadenado una racha histórica de partidos ganados, dando guerra hasta que faltan cinco jornadas. Con un estilo radicalmente distinto, sufriendo cada partido y sobreviviendo donde los demás se habrían rendido. Dos propuestas dignas de elogio, cada una por lo que le toca. Pero para la misma prensa que se tiraba besos a sí misma con el buen fútbol de la Euro 2008, esto no era así, pues la competición pura parece entrar en la sesera del buen español. El fútbol se entiende como las pelis de guerra en las que todos los alemanes son tontos, malos y tramposos. Nada nuevo bajo el sol, de todos modos, teniendo en cuenta que el año pasado esta misma prensa trató de convertir una tradición respetuosa (el famoso pasillo) en una humillación vergonzante.

De la necesidad de vender periódicos como sea nace la imprudencia temeraria. Y la falta de respeto. Nacen maravillas del léxico como cagómetro. Nacen conspiraciones arbitrales que llegan, incluso a instancias europeas. O argumentos como que los contrarios, parte por lo visto de dicha conspiración, se dejan ganar cuando juegan contra los malos. Luego la gente se lo cree, allá cada cual. Por eso me gustaron las declaraciones de Pep después del partido, el madridismo quizá deba escuchar un poco más a Raúl o a Casillas y menos a los que llenan portadas con el 'fichaje' de Faubert. Como dicen en La Libreta de Van Gaal, "Ahora resulta que, de repente, el Barça es "el mejor equipo del mundo". Han debido de llegar a esta conclusión tras comprobar que, contrariamente a lo previsto, el equipo de Guardiola no ha pagado el "canguelo". ¿De verdad pensaban que el Barça iba a venirse abajo por publicar esa estupidez día sí y día también en portada? ¿Se habrán dado cuenta por fin del ridículo que han hecho?"

Y, ya en plan disclaimer, no, no pienso que la prensa culé sea mejor (así me ahorro ponerlo después en los comentarios). Lo de José Luis Carazo, Winston Bogarde, la inciclopedia y la comuna gay de folclóricas es difícilmente mejorable. Es más, los mismos columnistas que el año pasado habrían echado a todo el equipo hoy titulan sus deposiciones con cánticos. Pues eso, que para titular "Campeones, campeones" o "Madrid, saluda al campeón" hace falta tanta jeta y tan poco cerebro como para inventarse conspiraciones. De todos modos, todo esto no es particularmente sorprendente por estos lares, donde se juega a Expediente X hasta cuando hay doscientos muertos. Pero ya comentamos en su día que el periodismo deportivo es EL periodismo, pues es el único género capaz de sustentarse sin necesidad de una realidad sobre la que divagar.

No voy a hablar mucho del partido, porque tampoco es que fuese mucho partido y ya se ha escrito demasiado. Me gustó la cobertura de El País y la crónica, aunque no hay Dios que la encuentre en su página web. En realidad, lo de ayer es el reflejo de algo que llevo tiempo pensando sobre el Madrid; que tener barra libre de dinero y un portero como Casillas es para los directivos lo que un yacimiento de diamantes para un dictador africano. La famosa paradoja de la abundancia, si con un portero y 10 más se ganan títulos se acaba por soslayar el problema principal y agudizar los vicios. Que es el mismo motivo por el que Ronaldinho es un ex-futbolista. Porque es, o era, demasiado bueno. Tanto, que cuando le tocó esforzarse no supo cómo se hacía. Pero bueno, es una opinión bastante personal.

Y, bueno, ahora sólo cabe el pequeño gran homenaje a la blogosfera futbolística. Por lo que a esta entrada toca, a La Libreta de Van Gaal, por su dedicación, su mala baba y por la recopilación de las portadas. Pero también a Futbolitis, a Diarios de Fútbol o a Bar Deportes. A los que lo escriben y a los que comentan, por permitirnos a los frikis del fútbol leer, aprender e informarnos sin pasar por el aro de los cuatro iletrados de turno.

Y, de regalo, y con cariño, el GIF de Iniesta, cortesía de Bar Deportes.


Actualización post-champions. Abundando en el tema, resulta sonrojante que los medios españoles vendan la idea de la consipiración cósmica (escondiendo un poquito la mano) mientras The Sun, sin dejar de hablar del árbitro, acepta el resultado y elogia al Barça. Pudo pasar cualquiera de los dos, sólo que al final fue el Barça. Y ya. Eso es el fútbol.

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