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Y allá van de nuevo...

lunes, marzo 12, 2007

Natuzzi

Aquí asumimos que la población nacida al calor del destape se divide entre los que hemos salido con diferentes niveles de frikismo en sangre y los que se dedican al tuning. Dejando aparte, obviamente, a los pijos, que no tienen los problemas que les contare después.

Entiendan, por favor, esta división en un sentido amplio y no se dejen cegar por los árboles. Pongamos por caso que no logran catalogar a una persona. El presidente del Sindicato de Estudiantes. Pues este es un caso claro de tuning. O el de uno que camina con raquetas por el monte. Esto es frikismo. La diferencia entre tuning y frikismo reside en la aspiración de cada cual a partir de sus habilidades sociales o de reproducción. El friki no liga y en consecuencia se dedica a programar calculadoras, mientras el tuning busca la superación a partir de tener más etapas de potencia que el de al lado. Y donde digan etapas de potencia digan entradas de conciertos de Fangoria. Y donde pone calculadora plantéense la condición de los que se saben alineaciones de la liga alemana. Y así sucesivamente.

Pues creo que me he equivocado, hay más que frikis y tuning. Les contaré una historia. San Chinarro, 2006. Una joven pareja acaba de comprar un apartamento en una paramera sin transporte público a millón y pico el metro cuadrado. Es una buena zona, hecho que se refleja en que no hay panaderías ni bares ni sitios para comprar el periódico. Sólo hay bancos. Ahí se nota donde hay nivel, señores. Pues bien, la pareja protagonista de nuestra historia acaba de escriturar el nidito de amor. Claro está que un piso de San Chinarro no se amuebla con cualquier cosilla, y claro está que el granito rosa, pulido como el de las pirámides de Egipto, hay que instalarlo en el momento de la compra. Se establece un sistema de prioridades y, tras la cocina y la cama, llega el momento del sofá. El momento Natuzzi. Con la casa medio vacía, toca adquirir un elemento diferencial a la par que puntal de la nueva vida en SanChinarro. Para reforzar la estética minimalista y destacar la belleza de la obra italiana, el resto de la casa se mantuvo con la gres de castellón y el estuco de altas calidades del día de la escritura. Y, bueno, también por cuestión de pasta, porque nuestra pareja Natuzzi no se va de viaje los puentes. Tampoco hay muchas opciones de gastar dinero, sin panaderías ni bares ni papelerías. Bancos, sí, que hay que pagar la hipoteca en algún sitio.

No se dejen engañar por las apariencias. Ni todos los que viven en San Chinarro son Natuzzi ni todos los que creen alejarse de este estereotipo están alejados de él. Ya hablamos aquí de una variante de los Natuzzi; los Vitalínea. Ya saben, esa gente con la que ustedes creen tener tener una cierta afinidad pero con los que es imposible mantener una conversación divertida.

Pero los Natuzzi sólo son víctimas. La lucha contra el franquismo marcó la generación de nuestros padres, independientemente del grado de implicación (nulo en el caso de los que tienen secretaria) y la dualidad entre la heroína y Mario Conde marcó a sus hermanos pequeños. La nuestra está mediatizada por tener, teóricamente, todo el trabajo hecho (en política, dinero y cultura, que suele ser lo mismo) por la generación anterior. Únase a ello el tema de la vivienda y el de las expectativas laborales frustradas y tienen ahí a una cohorte de gente sin nada que inventar pero con problemas para vivir lo que han inventado para ello.

En esas estamos. Quizá los Natuzzi sean los más honestos. Responden lo mejor que pueden al reto que les ha sido impuesto. La superación es el sofá de Natuzzi. Para otros es ser el más guay de la clase y para los otros ganar una carrera entre microprocesadores. Así que, aunque yo tenga debilidad por estos últimos, siempre me puedo quedar tranquilo y echar la culpa a la sociedad (o sea, a nuestros padres) de que la joven pareja no salga de vacaciones por culpa de un sofá.

Etiquetas:

14 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Toma pedo:

prrrrtz

13 marzo, 2007 05:40  
Anonymous Anónimo said...

Buenas y santas,

pues anda que no quedan cosas que inventar ....

Visionario que es uno.

Un saludo

13 marzo, 2007 09:18  
Anonymous Anónimo said...

Anónimo pertenece a otra especie o sub-especie.

Yo también tuve mi momento Natuzzi, pero ví que si se mira un poco te ahorras el triple y estás igual de cómodo.

Lo de San Chinarro es un fenómeno a analizar: Cómo un erial estrangulado por autovías y sin accesos, de repente se abre al tráfico y unos terrenos perdidos se revalorizan por 10 en un año, amén de plantar un Corte Inglés como reclamo urbanístico. Podríamos hablar de un gran pelotazo, pero por desgracia es otro más.

13 marzo, 2007 09:42  
Anonymous Anónimo said...

Muy bueno. Me encanta la clasificación que haces entre freaks, tunings y pijos.

Espero librarme del Natuzzismo. Ya pasé la etapa de amueblar y no caí en ninguna de ésas. Y en la de comprar, tampoco me fui a un erial perdido de la mano de dios. Menos mal...

13 marzo, 2007 09:59  
Anonymous Anónimo said...

Chico, cuando te pones metafórico no te pillo el punto...

13 marzo, 2007 10:43  
Anonymous Anónimo said...

quiero más¡¡¡¡sigue por favor............

13 marzo, 2007 11:22  
Blogger Ikke Leonhardt said...

Buen artículo, pero un poco desactualizado. ¿Cómo que los frikis no ligan? Eso era en sus tiempos (y en los míos).

Ahora uno se da una vuelta por la ruta del tebeo de Madrid (calle Luna y tal) y no ve más que emparejamientos del tipo comic store clerk de los Simpsons con hija pequeña de Roseanne.

Ello se debe, creo yo, a dos factores emergente: existencia de chicas frikis (¿de dónde surgen? ¿por qué surgen? A mí no me pregunte, pero ahí están) e internet. Aparte de que ahora se folla más en general que hace 10 años.

13 marzo, 2007 11:31  
Anonymous Anónimo said...

Sanchinarro...

Por retomar la penúltima entrada (la de los payasos de la tele), la ascensión a los altares del Sr. Chinarro ha sido más meteórica que la de Monseñor.

Algo tendrá ese hombre para que además de hacerle santo (¡en vida!), le dediquen un floreciente barrio en Madrid y un grupo indie (una de las bandas-pulgas-amaestradas de Julio Ruiz/Disco Grande/RNE3) le reivindique llevándolo en el nombre.

http://www.imdb.com/name/nm0157815/

¿Elegir Natuzzi y no Roche-Bobois implica algún matiz?

13 marzo, 2007 14:34  
Blogger El Teleoperador said...

Y yo que me acabo de enterar de qué es Natuzzi, ¿qué leches soy?

13 marzo, 2007 15:25  
Anonymous Anónimo said...

...pues eres carne del Ikea, como casi todos, teleoperador.
Anónima

13 marzo, 2007 17:22  
Anonymous Anónimo said...

Mejor que la parejita no salga de vacaciones, no sea que nos los vayamos a encontrar en el camarote contiguo del crucero por el Nilo...

13 marzo, 2007 18:27  
Blogger David said...

Lo verdaderamente preocupante es la ausencia total de criterio estético.
Te dan un piso pintado de blanco y con pavimentos normales y la gente se dedica a colocarle molduras, pavimentos de colores y muebles de estilo colonial.
En Sanchinarro hacen un bloque de viviendas moderno y la gente se queja porque le colocan un lavabo en el pasillo

13 marzo, 2007 22:35  
Blogger Dr. Malcolm said...

dos apreciaciones,

1. entre el natuzzi y el ikea está el habitat. una tienda en la que los muebles te los montas tú como el ikea pero te cuestan el triple.

2. pierre, no necesitabas todo esto para ir el sábado de peregrinaje por las tiendas de tu barrio a renovar el ordenador. Los frikis lo hacemos porque sí (por cierto, he visto unas cajas de aluminio transparentes y unos sistemas de refrigración líquida que se salen...)

14 marzo, 2007 19:06  
Blogger Colette said...

Pero doctor, ¿eso de las cajas transparentes no era tunning? ¿O es una mutación derivada de la mezcla de dos especies?

Desde luego, yo Natuzzi no debo ser, porque prefiero sentarme en el suelo (o en mi sillon Ikea Kipplan, que viene a ser lo mismo) a quedarme sin vacaciones.

15 marzo, 2007 17:29  

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