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Y allá van de nuevo...

sábado, marzo 18, 2006

Botellón

Hace unos años fui a ver a unos amigos a Tenerife y, como a un guiri cualquiera, me llevaron a ver el Teide. Al pie de la parte final de la montaña hay una llanura de rocas volánicas. Un desierto de piedras, vamos. Así que nos paramos a mirar el Teide desde allí y, dada nuestra proverbial sensibilidad y sentido estético, nos dedicamos a tirar piedras a un cartel hasta que un tío de uniforme (creo que era guarda del parque, pero podría ser guarda forestal o Seprona) hizo un trompo con un Range Rover y salió dando voces. Al parecer las piedras no podían ser arrojadas "porque era un parque nacional". Yo tuve en la punta de la lengua la pregunta de si lo que le molestaba era que cambiásemos las piedras de sitio (cuestión espacial) o que lo hiciésemos a una velocidad indebida (cuestión temporal), pero llegué a la conclusión de que no tenía mucho que ganar con la pregunta. ¿Y qué tiene que ver esto con el botellón? Paciencia.

Esto del botellón empezó a salir en los telediarios hace unos tres o cuatro años. Pero en realidad los botellones habían convertido las plazas del Dos de Mayo y de Barceló (esto en el centro de Madrid, que es lo que conozco) en sacos de mierda hacía por lo menos ocho o nueve. Con la mirada complaciente de las autoridades y los municipales ante la acumulación de meadas, basura, hogueras, ruido, etc... Hasta que un día salió en la tele, en 2002 o 2003 sería. Una chavala que conocía, socióloga ella, estaba entonces haciendo su tesis doctoral sobre el botellón. A los tres o cuatro días de bombardeo en los telediarios la llamaron para ser ponente un un congreso al respecto que organizaban esa misma semana. Pocos días después Gallardón ya había puesto en marcha la Ley antibotellón, y salir por Malasaña suponía ser registrado por la policía (la misma que pasaba de largo ante hogueras de tres metros de diámetro en plena calle) entre cuatro y cinco veces por noche para evitar el transporte de latas de cerveza.

(Como se ve, esto es cosa de imberbes e inocentes jóvenes manipulados por un poder oscuro)

El botellón molesta mucho. Hasta el punto de hacer trabajar a las autoridades (un congreso organizado en menos de una semana y una ley en 15 días), de hacer sacar a la calle a la policía y de recortar libertades tan básicas como poder comprarte una botella de vino a las 10.15 horas para cenar en tu casa. Y me pregunto qué es exactamente lo que molesta. ¿Las consecuencias? Parece que no, dada la histórica pasividad de las autoridades al respecto. ¿Que la gente beba en la calle? Sería curioso, en un país que ensalza sanfermines, ferias, fallas, etc. ¿Qué es? Pues, al igual que al guarda forestal, lo que fastidia es verlo. Que salga por la tele. Vale que los chavales se pongan hasta arriba, pero que lo hagan ocultos, por favor. El botellón es para los padres de los participantes un chivato que les dice algo que ya saben: que las cosas, que sus hijos, no son como ellos querían. No molesta el botellón per se, sino que sea público. Verlo. Como el lanzamiento de piedras, se percibe como un ataque o desafío a la autoridad establecida.

La ausencia de emancipación hasta los treintaytantos, la falta de expectativas laborales, la degradación de la educación, el abandono de la calle como lugar de ocio, las urbanizaciones-fortaleza, los chavales consentidos a quienes los padres justifican hasta las agresiones a profesores... No hay problema con eso. No es que estuviese planeado, pero se encuentran disculpas con facilidad y no es algo que rompa los esquemas. Además, ya sabéis, "nosotros lo teníamos más difícil". El auténtico problema de la juventud española es, si cogemos el periódico de hoy, el botellón. Me pregunto, si tanto quita el sueño el botellón en el plano colectivo, qué es lo que ocurrirá en el plano individual, aunque presumo que nada. El botellón jode porque canta las verdades del barquero, las que nadie quiere escuchar.

Come mothers and fathers
Throughout the land
And don't criticize
What you can't understand
Your sons and your daughters
Are beyond your command
Your old road is
Rapidly agin'
Please get out of the new one
If you can't lend your hand
For the times they are a-changin'

Ya lo sé. Yo tampoco entenderé muchas de las cosas que hagan las generaciones posteriores a la mía. Pero, al menos, intentaré no ser tan sumamente hipócrita como para rasgarme las vestiduras ante un leve estornudo cuando sé que lo que tengo es un resfriado de caballo. Por otra parte, nada más lejos de mis intenciones que disculpar ese vandalismo que, por cierto, las autoridades han movilizado con una eficacia que para sí querrían los de Batasuna al hablar de "tolerancia cero" y esas gilipolleces. Ahora podrán sacar todos los antidisturbios que quieran, pero eso es matar al mensajero. Mejor habría sido haber puesto un coche de municipales hace 10 años para multar al que se pasase de la raya. Pero entonces no salía en la tele.

PD.- Releyendo veo que me fui por las ramas. Al final, sólo quería destacar dos temas bastante obvios por otra parte: la medida en que las cosas sólo son un problema cuando las ponen por la tele y la contradicción entre la exigencia, vehemente, de responsabilidad colectiva y la dejación de las reponsabilidades individuales... El resto es paja pero, como Garci en su programa de cine, les obligo a que se la traguen antes de llegar al grano.

Actualización. Alex: Cuando yo tenía 18 años, en el año 80 no teníamos problemas con el alcohol....bastante teníamos con el caballo...

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19 Comments:

Anonymous Anónimo said...

tienes mas razon que un santo. Y perdon por no espresarlo mejor.

P.D.a mi me gusta la paja.

19 marzo, 2006 23:10  
Anonymous Anónimo said...

Día del padre y botellón, ay Pierre que oportuno eres ¡
La prueba evidente de que los tiempos están cambiando es que a falta de algo mejor hablamos todos del famoso boetllón.....que yo me temos que practican los advenedizos locos por lo que otros ha decidido que se lleva. Beber lo que se dice beber se ha hecho siempre, pero beber mientras se toma Frenadol y alardearlo......parece otra cosa, otros tiempos........claro que tambièn parece coincidir con la enésima " revolución " francesa...será otro síntoma que estemos - nosotros - reivindicando la libertad de beber y orinar a nuestro antojo a falta de otro progama para tomar las calles ?

20 marzo, 2006 23:21  
Anonymous Anónimo said...

enhorabuena por tu texto sobre el botellon, me encantarñia que vieras el articulo de www.muchogusto.net en el que hablamos más o menos en el mismo tono sobre lo mismo, escribeme a webmaster@muchogusto.net por favor

21 marzo, 2006 09:44  
Anonymous Anónimo said...

Yo estoy de acuerdo con Mikimono con lo del Frenadol. Mejor no alarderlo, no sea que se mucha gente descubra sus verdaderos efectos y terminen por ilegalizarlo ;-)

21 marzo, 2006 11:15  
Anonymous Anónimo said...

aprovecho para decir aquí lo que me olvidé de comentar en mi sitio. Cuando yo tenía 18 años, en el año 80 no teníamos problemas con el alcohol....bastante teníamos con el caballo...estos niñatos que lo tienen todo...jeje

21 marzo, 2006 20:33  
Blogger El baron rojo said...

Justo lo que yo pensaba viendo la tele estos días.

Les jode que lo hagan en la calle y un montón. La juventud se ha emborrachado toda la puta vida con lo más barato que ha podido.

Tomarte 2 copas hoy es un atraco a mano armada.

21 marzo, 2006 22:20  
Blogger Enrique Fidel said...

Estamos de acuerdo. Puedes leer un comentario más amplio en la entrada sobre el tema de "Estaba el Señor Don Gato..., de Enrique.
Hasta luego.

21 marzo, 2006 22:36  
Anonymous Anónimo said...

Recuerdo, como tú, que hace diez o quince años hacíamos exactamente lo mismo, en mi caso en Córdoba, y nadie decía nada.
Pero entonces no nos agrupábamos como ahora, cada peña iba a determinados sitios y no se formaban esos follones.
Los mismos pero repartidos por la ciudad, a lo mejor ese es el problema.
Prefiero mi época.

21 marzo, 2006 22:37  
Anonymous Anónimo said...

Bueno, yo lo veo diferente, como ex-vecino del Dos de Mayo.

Lo que molestaba antes es lo mismo que molesta ahora. Es difícil de explicar la experiencia, supongo que hay que vivirla. Y encima, si bajas a intentar negociar con unos descerebraos que se han traído ¡¡guitarras electricas con amplificador!! con sus djembés para tocar en torno al fuego, tengas que recibir amenazas y que te tilden de "represor fascista". No hablo ya de problemas para entrar y salir de tu casa, potas y meadas en el portal y etc.

Me permito recordarte que se empezó a hablar del problema y salió en la tele cuando los vecinos logramos organizarnos y montamos unos cuantos "botellones" en la plaza de la villa, invitando a Telemadrid a "disfrutar" del ambiente desde nuestras casas. Ahí fue donde mucha gente empezó a darse cuenta de algo que hay que ver para creer.

Por supuesto que el abandonao tiene razón. Yo tengo 38 años y también he hecho botellón cuando ni siquiera tenía ese nombre (creo recordar que lo llamábamos "tomarnos unos litros"). Algo tranquilito, en un parque, cuatro o cinco amiguetes de charleta y recogiendo la basura.

22 marzo, 2006 09:53  
Anonymous Anónimo said...

Y yo jamás propuse prohibirlo al nivel que se ha llegado a hacer: registrar a la gente y eso.

Yo creo que la idea la dieron uno amables "percusionistas" con los que bajé a intentar razonar sobre la convivencia urbana. Más o menos me dijeron: "oye, si te molesta cambia de casa, tenemos derecho a estar aquí haciendo esto porque es legal".

Estaba bien claro: así que yo me cambié de casa y el alcalde hizo la ley para ilegalizarlo.

No sé de qué se quejan ahora.

22 marzo, 2006 09:59  
Blogger Susi Cure said...

un 10 mi querido Pierre... no hace falta decir más...

22 marzo, 2006 12:33  
Blogger leven said...

Da igual que los jóvenes no podamos comprarnos un piso (una keli, perdón) o encontrar trabajos con sueldos decentes, lo importante es destacar que somos TODOS unos vagos, y nos dedicamos a destrozar mobiliario urbano y ensuciar la calle. La consellera Tura-Mano-Dura en sus tiempos luchaba contra el franquismo, mientras que nosotros nos emborrachamos y la liamos por que sí. Una cosa es promover el civismo y otra el asco a la juventud.

Encima resulta que en Barcelona, con 350 mossos/urbanos que salieron a luchar contra el botellón, "se vieron desbordados por la afluencia de gente" ¿¡?!. Juasjuasjuas, 350 polis desbordados por 400 personas! Es de risa...

22 marzo, 2006 12:35  
Blogger DDAA said...

Y dale con el caballo en los ochenta, como si todos fuéramos con una chuta clavada en el brazo. La inmensa mayoría de los que éramos jóvenes en los ochenta jamás llegamos ni a oler la heroína. Porros, anfetas de farmacia (mucho mejores que el infame speed de ahora), tripis de vez en cuando... y el infame alcohol del Rockola, que eso sí que era veneno y nadie le dedicó una canción tipo "Un caballo llamado muerte. Por otra parte, me alegro de que la oferta de drogas sea tan increíblemente variada hoy en día y de que (gracias a la persistente aplicación de una política aberrante) sean más baratas que nunca.

22 marzo, 2006 15:01  
Blogger bacua said...

Yo también lo he hecho desde los 13 o 14 años con las botellas de chupito de manzana o melocoton en la playa los sábados por la tarde, te estoy hablando del 1993 o 1994. Y desde entonces he continuado bebiendo en la calle, las copas a la gente joven siempre le salen caras en los bares, lo que pasa es que ahora son prohibitivas para cualquier bolsillo.

Con lo fácil que sería la ecuación, fútbol+alcohol+telebasura=juventud dominada.
Los gobiernos siguen mareando la perdiz y la gente joven sin luchar por su futuro cada vez más jodido.

22 marzo, 2006 16:51  
Blogger Dr. Malcolm said...

Imagina: toledo, last 80's or early 90's, un joven poseido por la pubertad, ese era yo, empieza a salir por ahí. Al principio, no había botellones a saco. Claro, con un mini de sidra y un martini con limón (puaj!) te pillabas una buena. Sólo se hacían cuando celebrabas el cumpleaños o cosas así para ahorrar y no se llamaba botellón. Se llamaba cumple en el alcázar (al pie de sus otrora gloriosos muros muros nos cocíamos).
Podría afirmar que, hasta que terminé COU (allá por el año del señor de 1994), el concepto botellón, al menos en Toledo, no estaba extendido como fenómeno de masas. Lo he comentado con mis amigos y no somos capaces de decir cuándo empezó ni quién, pero es seguro que nosotros no.
Cuando se generalizó, me pilló estudiando en Madrid, así que cuando volví al alcázar lo encontré convertido en botellonódromo al uso. Allí todos, controladitos, bajo la atenta y envidiosa mirada de los militronchos de la PM que hacían guardia en las garitas del templo del glorioso alzamiento nacional.
Vamos que en algún momento difuso entre junio de 1994 y, pongamos, agosto de 1995, el botellón llegó a Toledo para quedarse.

En otras ciudades, sin embargo, lo tienen más claro. En los cuatro años que he vivido en Sevilla he encontrado al menos 15 o 20 tíos que dicen ser los que lo inventaron. Fueron ellos quienes empezaron todo. En Sevilla, por supuesto. Luego el resto de España les imitamos. Arsa, quillo, arriquitaun. Así son ellos.

22 marzo, 2006 17:23  
Blogger Dr. Malcolm said...

corrijo: terminé COU en el glorioso mes de junio del año 1993 de nuestra era.
por lo que el botellón debió llegar a lo largo del año del mundial de EEUU (todo un signo de la llegada del maligno. Un campeonato de fútbol en los USA).

22 marzo, 2006 17:26  
Anonymous Anónimo said...

Los sevilanos no tienen ni puta idea. El botellón o "beber en la calle" en mi pueblo, se inventó en Burgos. Lo inventó una señora de 62 años que semanalmente proveía a una serie de imberbes, de cerveza que ponía a enfriar en el congelador de su tienda, previo pedido de aquéllos la semana anterior.
El deporte era subir al árbol, cantar las 12 horas del día..sí ya sabéis "ya es la una sube la luna..." , alguna candión de los siempre ineludibles DCD, y todo previo a la entrada a una discoteca en la que previa falsificación de los tickets de consumición, te tirabas por el gaznate cualquier mezcla que hiciera efecto antes de la vuelta a casa de las 11 de la noche. Por cierto esa vuelta a casa siempre sereno, algo acojonante visto el ingente volúmen de líquido engullido.
Ahora quizás tengan una mejor logística....quiero decir que la peña lleva hielos, musicota, vasos de tubo de plástico, pajitas...e incluso abridor. En mi época maricón el que no abría la birra de litro contra el borde de la papelera.

22 marzo, 2006 23:57  
Blogger enhiro said...

zoltar, el botellón no es "beber en la calle". La botellona es que miles de personas se junten para beber. Eso, al menos en Sevilla, hace más de 20 años que se hace. No digo que lo hayamos inventado, pero desde luego lleva haciendose muuuuuuuuchooooooo tiempo.

23 marzo, 2006 12:57  
Blogger Dr. Malcolm said...

dicen que los sanfermines también se inventaron en sevilla.
Al parecer se escaparon unos toros de la maestranza por el paseo colón y como nadie podía pararlos pues siguieron corriendo hasta pamplona.

23 marzo, 2006 13:43  

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