Premios

Suelo llegar tarde a los sitios (blogosfera incluida), pero ya me empezaba a dar vergüenza que Marta haya hecho dos entradas sobre los premios 20 minutos, Adriano otra y yo ande por aquí tocándome las narices, solapando la resaca de los premios con la del concierto en Burgos de estos chicos. Pero no, no se equivoquen, no es que me hayan entrado ínfulas "estoy esperando la inspiración". Es que soy muy perro.

Lo raro no es recoger el premio de otro. En este caso era el premio al "mejor blog de cultura y tendencias" que merecidamente fue a parar a La Petite Claudine. Lo raro es tenerlo en casa de forma más o menos permanente. Porque, claro, puedes ponerlo como si fuese tuyo, o esconderlo. De momento he optado por dejarlo distraídamente en una esquina, como cuando dejas las llaves nada más entrar a casa. Me dice marta que lo puedo exhibir como muestra de orgullo, pero yo ya le he dicho que son cosas independientes.

La fiesta bien, gracias. Superando las expectativas porque yo, la verdad, iba un poco a ver qué había. Las concentraciones o reuniones de este tipo porque solían ser un poco elevadas. Como decía el labrador de Amanece que no es poco a los de la Universidad de Eton que van a ejercer el poder omnímodo: "No puedo contestarle. Mire, yo soy un hombre muy primario, estoy sujeto terriblemente a las pasiones. No pienso casi..." El caso es que esperaba una notable concentración de frikis y, efectivamente, había. Camisetas con chistes sobre sistemas operativos, sí, y gente esforzada por resultar llamativa, tambén. Pero nada del otro jueves. Las conversaciones sobre sistemas de edición, trolls, etcétera debían estar en otros corrillos, porque en los que yo participé la gente (este, aquel, el jardinero, el tosi, el otro) estaba muy pero que muy sujeta a las citadas pasiones terrenales.

Lo de siempre. Da igual que sea la inauguración de un nuevo balneario en Marina D'Or (vacaciones todo el año) que una entrega de premios. Los camareros que llevan jamón no se libran de los férreos marcajes que para sí querría la defensa del Eibar, ni las azafatas del vacile-babeo de última hora ni el que tiene pinta de poner la música de las broncas del respetable. Lo que tienen las barras libres, señores.

Es curioso esto de los blogs. Me presentaban a alguien; hola, cómo andamos, tal y cual. Luego, cuando salía el tema, salía pierre. Y te miran con otra cara, como si hubieras mutado. Lo entiendo, porques es cierto que algún sufrido lector puede pensar que te conoce un poco mejor. Pero es raro, no me lo nieguen. Por lo demás, ser la petite por un día sólo me sirvió para recibir abucheos ("es un tío, es un tío") al subir a por el premio y para acarrear (y casi perder) el trofeo. Para nada más, ya me entienden. De hecho, el único momento en que pude aprovechar la coyuntura apareció el suplantador del suplantador, el metasuplantador, encarnado en la figura de prosopopeyo. Al final la cosa dio lugar a las anécdotas jugosas que no seré yo quien desvele si no lo han hecho a estas alturas...

Para fotos, otros comentarios e información adicional pinchen en los enlaces del primer párrafo porque, total, yo iba a colgar los mismos.

Actualización. Tosi resume todo este rollo en una de sus tiras.