Adiós, agosto
Decir que agosto es el mejor mes del año en Madrid es un topicazo, como aquello de que el calor es más seco que en Barcelona (impagable diálogo entre Makinavaja y Moromielda) o que en la capital está el mejor pescado de lo que queda de España. Pero, narices, a veces los tópicos tienen razón. Los días que no hace mucho calor, que son más de los que la gente se piensa (lo jodido de verdad es julio), a las siete o las ocho el sol deja de picar y baja lentamente hacia la sierra rica, al noroeste, mientras la luz se vuelve cada vez más roja. Hace calor, sí, el aire está pesado, también. Pero hay algo distinto. Quizá sean sólo tonterías mías, y no pase nada más allá de la ausencia de gente y de decibelios. Pero creo que no. Que Madrid es una ciudad diferente en agosto, y es una ciudad cojonuda.
Cada verano que suelo terminar pasando varios días de vacaciones en Matrix. No muchos, seis u ocho, normalmente repartidos en dos tandas, y siempre tengo la misma sensación que cuando, con 15 años, los padres se iban de casa. Convertido en virrey podía uno levantarse a las cuatro, desayunar cerveza, montar buenas fiestas, dejar revistas porno en la mesa del salón, organizar partidas after hours de cartas y videojuegos o, simplemente, vaguear hasta extremos intolerables. Pero no era lo que hacías lo importante, sino esa mezcla de excitación y pereza con la que dispones de un espacio igual pero muy distinto.
Por eso las fiestas de la Paloma o el cine de verano no son lo que hace distinta Madrid. Yo me he pasado muy buenas semanas de agosto sin hacer eso que se supone tienes que hacer cuando te quedas. Qué va. Lo bueno es saber que Madrid sigue ahí, entera, para nosotros, sin las riadas de gente que colapsan todo durante 11 meses. Ahora se ven grupos de amiguetes, unos currando, otros de vacaciones y alguno de visita, que se toman unas cañas con aire cansino al caer la tarde. Yo me bajo a desayunar con el periódico antes de comprar la fruta con tranquilidad pueblerina. Se puede ir al cine sin sacar la entrada tres horas antes. Estamos en Madrid en agosto y, por algún motivo, los que tenemos la suerte o el castigo de vivir ahí abandonamos el masoquismo que nos caracteriza. Por necesidad o por voluntad tratamos de saborear la gran ciudad ahora que está a tiro, y así vemos domesticada esa urbe infernal, que una vez al año se mira satisfecha al espejo, posiblemente porque sea la única época en que pueda hacerlo. Al fin y al cabo, en la adolescencia sólo disfrutábamos de la casa paterna cuando se vaciaba.
El otro día me despedí de agosto con buenos amigos y una heineken bien fría, observando la puesta de sol con la ciudad entera a nuestros pies.
Es ya 1 de septiembre. Saludos a todos, amables lectores. Los que vuelven al cole y los que incomprensiblemente me han dedicado visitas aun con el blog cerrado por vacaciones. Un hecho un tanto mosqueante y que me hace replantearme la necesidad de actualizar.
Cada verano que suelo terminar pasando varios días de vacaciones en Matrix. No muchos, seis u ocho, normalmente repartidos en dos tandas, y siempre tengo la misma sensación que cuando, con 15 años, los padres se iban de casa. Convertido en virrey podía uno levantarse a las cuatro, desayunar cerveza, montar buenas fiestas, dejar revistas porno en la mesa del salón, organizar partidas after hours de cartas y videojuegos o, simplemente, vaguear hasta extremos intolerables. Pero no era lo que hacías lo importante, sino esa mezcla de excitación y pereza con la que dispones de un espacio igual pero muy distinto.
Por eso las fiestas de la Paloma o el cine de verano no son lo que hace distinta Madrid. Yo me he pasado muy buenas semanas de agosto sin hacer eso que se supone tienes que hacer cuando te quedas. Qué va. Lo bueno es saber que Madrid sigue ahí, entera, para nosotros, sin las riadas de gente que colapsan todo durante 11 meses. Ahora se ven grupos de amiguetes, unos currando, otros de vacaciones y alguno de visita, que se toman unas cañas con aire cansino al caer la tarde. Yo me bajo a desayunar con el periódico antes de comprar la fruta con tranquilidad pueblerina. Se puede ir al cine sin sacar la entrada tres horas antes. Estamos en Madrid en agosto y, por algún motivo, los que tenemos la suerte o el castigo de vivir ahí abandonamos el masoquismo que nos caracteriza. Por necesidad o por voluntad tratamos de saborear la gran ciudad ahora que está a tiro, y así vemos domesticada esa urbe infernal, que una vez al año se mira satisfecha al espejo, posiblemente porque sea la única época en que pueda hacerlo. Al fin y al cabo, en la adolescencia sólo disfrutábamos de la casa paterna cuando se vaciaba.
El otro día me despedí de agosto con buenos amigos y una heineken bien fría, observando la puesta de sol con la ciudad entera a nuestros pies.
Es ya 1 de septiembre. Saludos a todos, amables lectores. Los que vuelven al cole y los que incomprensiblemente me han dedicado visitas aun con el blog cerrado por vacaciones. Un hecho un tanto mosqueante y que me hace replantearme la necesidad de actualizar.
Etiquetas: beautiful girls
14 Comments:
bienvenido otra vez al caos!!! es broma, para mí lo mejor era poder pasear por madrid sin tener que pedir que te dejen pasar, e irme al parque de la plaza de oriente por las noches.
Siempre vendrá gente al blog, Pierre. Lo que ya tenías escrito sigue ahí, y siempre hay alguien que no se lo ha leído.
Bienvenido, por otra parte.
menos mal que ya volviste! :)
Un saludo!!!
Hola Pierre, soy una nueva lectora. He llegado aquí por casualidad, ya sabes como va esto, pinchas akí, luego allí, pinchas pinchas ... hasta que te has perdido, no sabes cómo has llegado, pero resulta que te gusta el sitio.
Pues eso, he leido 2 ó 3 post y me encanta cómo escribes y lo que escribes.
Te añado a mis favoritos, ole.
Joder, me habéis emosionado. 20 días sin escribir y en unas horas cuatro comentarios... Gracias, chicos, con gente como vosotros da gusto
Te digo lo mismo que monique. Pinchando aquí y allá he caído aquí y me ha encantado.
Agosto es fantástico para Madrid, pero no me digas que no le sienta bien Mayo!
Disfrútalo, tú que puedes.
Encantada.
Un beso.
Supongo que agosto es el mes de ciudades medianamente grandes sin playa, en Sevilla también hay muy buenos agosto (este precisamente no) en cuanto a temperatura, el mes jodido siempre suele ser julio, y como mucho la primera semana de agosto. Ahora toca lo de siempre, atascos, vueltas y vueltas para aparcar, no poder pasear por el centro etcétera.
Por fin detrás del click no estaba Tachenko!!
Bienvenido.
"Convertido en virrey podía uno levantarse a las cuatro, desayunar cerveza, montar buenas fiestas, dejar revistas porno en la mesa del salón, organizar partidas after hours de cartas y videojuegos o, simplemente, vaguear hasta extremos intolerables. Pero no era lo que hacías lo importante, sino esa mezcla de excitación y pereza con la que dispones de un espacio igual pero muy distinto".
Qué tiempos.
Bienvenido de nuevo. De este año no pasa que quedemos a tomar (o fumar) algo. Lo que haga falta :)
La selegcion spaniola de Basket te da la wellvenida con un oro histórico. Venga conio, mojate, di algo.
Hecho, jeremias, ponga usted las condiciones. Y un poco de paciencia, alberto, que uno tiene vida :)
pero que bien ejcribe el mushasho!!
espero que las partidas de videojuegos duren todavía el otoño
Bonito post. Madriz es maravilloso en agosto: las terracitas, ains (suspiro), y la especie de compadreo que hay en los sitios (a veces cuesta encontrar bares abiertos, por eso son tan agradables los que lo están..)
Jo, podíamos haber hecho un juntismo no?
Septiembre tampoco es malo! ;P
Es un placer volver a leer las cositas que escribe el mushasho este, como dice el Dr.Malcom.
Bienvenido.
Anónima
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