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Y allá van de nuevo...

martes, enero 24, 2006

El coleccionista

W. G. Sebald. Si alguien no lo conoce, nació en Baviera en la Segunda Guerra Mundial, pero se afincó en Inglaterra, donde pasó gran parte de su carrera como profesor de Literatura. Como escritor apenas pasó 11 años. Sebald escribe muy en alemán. A mí, cuando me leo más de 50 páginas seguidas, me entran unas ganas terribles de invadir Polonia. Como cuando te tomas dos cervezas de trigo o ves un partido del Bayern. Sí, es un chiste espantoso, pero no puedo evitarlo. A lo que íbamos, que escribe con la consistencia y densidad de ese pan que tienen en Alemania y cuyo nombre no recuerdo. Por eso la primera vez que mi padre me puso a leer Los Anillos de Saturno me rajé; supongo que todas las cosas tienen su momento apropiado.

No pretendo ser un entendido en literatura, ni siquiera un aficionado medianamente serio de modo que, por favor, tengan piedad en los comentarios. Los libros de Sebald no son novelas en un sentido estricto. En alguna contraportada se le llama “coleccionista de recuerdos”. Uno se pregunta de dónde salen, en qué archivos los ha buscado o qué trozos de memoria ha reconstruido. El paso del tiempo, el bagaje (tanto el de las vidas de cada uno como la memoria colectiva); esa mella, mezcla de desasosiego y claridad, que los años y las experiencias dejan en nosotros, los huecos del pasado que no podemos o queremos recordar... Eso es Sebald. Posiblemente responda a una necesidad de encontrarse en el mundo, de huir de la retórica a partir de los hechos, de su obsesión por los hechos. No lo sé, esto ya es especular; también es en cierto modo retórica estúpida. Otros lo hacen mejor que yo y aún dudo de que lo que dicen sirva para algo. Mejor que lo lean ustedes y vean qué les consigue evocar Sebald.

Sobre la ciudad de Jerusalén:

También más tarde, fuera de la iglesia del Santo Sepulcro, persiste la angustia y la desazón. Ya podíamos andar en cualquier dirección, los caminos siempre llevaban al borde de uno de los numerosos barrancos que atraviesan la ciudad y descienden en grave pendiente hacia los valles. Los barrancos están hoy en gran parte repletos de los escombros de todo un milenio, y por doquier confluyen en ellos, a cielo abiero, las cloacas.

WG Sebald murió en 2001. No se suicidó ni padeció una larga enfermedad. Fue un accidente de coche. No necesitaba la épica para encontrar la dignidad.

Algún día retomaremos a Sebald por aquí. Con Luftkrieg und Literatur, traducido como Sobre la Historia Natural de la Destrucción

Etiquetas:

10 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pierre, tu post parece un guión de milenio 3

24 enero, 2006 16:09  
Blogger Pierre Nodoyuna said...

Si te lo leyeses en vez de mirar sólo los santos....

24 enero, 2006 16:18  
Anonymous Anónimo said...

No conocía a Sebald hasta hace bien poco. Cuando estuve sin moto unas semanas empecé Austelitz (su, creo, última novela) en el tren por la mañana camino al curro y por la tarde de vuelta. Total, unos 35 minutos de Sebald diarios. Ahora que ya he arreglado la moto, el marcapáginas se ha quedado clavado en la página 93 (por cierto, uso un menú de restaurante chino de esos que dejan a puñados en los buzones. El sitio se llama Pais Divino. Creo que nunca iré a un chino con ese nombre).
volviendo a sebald, la descripción de la gran sala de la estación de tren de amberes al principio del libro es, como dicen algunos, para mear y no echar gota.

25 enero, 2006 09:48  
Anonymous Anónimo said...

sonnen-blumen-brot. La "T" final, más que linguo-dental oclusiva es escupida sin más.

Un consejo patrocinado por: ¡¡El alemán es fácil si sabes cómo!!

25 enero, 2006 11:13  
Anonymous Anónimo said...

Un día me encontré un ejemplar viejo de la revista mexicana Vuelta en la que Sontang (ya que estamos con el alemán) recomendaba a un tal Sebald. Un año después más o menos me compré «Vértigo».
Meses después me enteré de que Sebald había muerto en un accidente de coche en Inglaterra -en donde enseñaba, creo- justo el día en que lo compré.
Nada, fin de la anecdota.

Bueno, otra cosa, cuando se escuchan desde los altavoces en los hiper alemanes esas voces metálicas, uno tiene siempre la impresión de que lo que se dice es más cercano a ACABAMOS DE INVADIR POLONIA que SOLO HOY: EL KILO DE KARTOFFELN A DOS EUROS

25 enero, 2006 11:53  
Anonymous Anónimo said...

Pierre, siguiendo tu consejo he llegado al final de tu post. Reconozco que has despertado mi interés por este escritor, y "Luftkriege..." será el próximo libro que me compre, con lo que supongo se cumple el objetivo de tu post: que tus lectores se interés por Sebald

No obstante quiero comentarte algunas cosas:

El post está cargado de tópicos y prejuicios sobre los alemanes:

- "escribe muy en alemán" (intuyo que es muy denso, como después tu mismo dices. O sea, que los alemanes son gente cerrada, tosca. Primer topicazo. Además, el menda es de Baviera, y no es ningún secreto que algunos bavareses no se consideran alemanes)
- "me entran unas ganas terribles de invadir Polonia" (sebald=alemán=alemania=país invasor=invasión ¿Por qué Polonia y no Marruecos?)
- "Como cuando te tomas dos cervezas de trigo o ves un partido del Bayern" (como si no existiera otro equipo de fútbol en Alemania. Y no me digas que es el equipo más importante, que ha ganado más títulos y bla, bla, bla. Citar al Bayern es un topicazo, como lo es hablar del Real Madrid en referncia a España)

Inmediatamente después reconoces que te has pasao con los tópicos y nos cuelas "es un chiste espantoso, pero no puedo evitarlo" (ya, claro, qué buenas las salchicas y las cervezas y la oktoberfest. El frankfurt sin mostaza, por favor)

Pero luego vuelves a caer: "escribe con la consistencia y densidad de ese pan que tienen en Alemania y cuyo nombre no recuerdo" (otra perla, cargada además de ese desprecio tan clásico que tiene el comentarista o periodista deportivo ejpañol con los nombres extranjeros. Ja, ja, ja, qué risa nos hace a todos que a un serbio le llamen mortadelo)


Conclusión
Si una mente tan brillante como la tuya no puede deshacerse de los tópicos y los prejuicios, ahora entiendo por qué en este puto país seguimos a garrotazos

25 enero, 2006 19:26  
Blogger Pierre Nodoyuna said...

Tiene sus cojones que vengan a tocarte las narices tus propios colegas.

A ver. Casi todos son tópicos intencionados. lo del bayer, la cerveza, invadir polonia... están ahí precisamente por ser tópicos.

Por otra parte, Sebald escribe muy en alemán. Quiero decir que tanto la construcción de las frases como el grado de detalle a la hora de describir cosas o situaciones son muy propias del idioma alemás y, aun en el libro traducido, recuerdan la forma de redactar a veces enrevesada y la precisión milimétrica en el uso de las palabras. Y me recuerda el pan ese tan denso. Sí, el pan es denso y la redacción también... en todo caso ese tópico sí es prescindible, puede que tengas razón... En eso sólo.

25 enero, 2006 19:36  
Anonymous Anónimo said...

Hombre, Pierre, piensa que no se puede ser alemán y escribir sin pensar que Goethe y Mann miran lo que escribes, sentaditos uno en cada hombro, como las voces de la conciencia histórica que dice, "ese dativo, Herr Sebald, ese dativo..." o "¿Qué cree que está aportando a nuestra weltanschaung, Herr Sebald?", preguntas que a uno le harían temblar las teclas y el openoffice.

A riesgo de parecerle excesivamente pedante en mi primera nota en su blog, le recomiendo una lectura a la último Benjamin´: fricción, calor, chispas.

Salut i sort amb el nou blog.

25 enero, 2006 21:44  
Blogger Susi Cure said...

lejos de vuestros comentarios "intelectuales" y tanta "paja-mental" (perdona Pierre por la expresión, ya sabes que yo, una Señorita con mayúsculas, nunca hablaría así, ejem, ejem) sobre el alemán, me quedo con la expresión "coleccionista de recuerdos"... Lleva más de cinco meses uno de sus libros durmiendo en las estanterias de mi cuarto y Usted Sr. Nodoyuna, ha conseguido que lo abra y lo esté devorando con un ansia extrema. Gracias por provocarme ese gusanillo llamado "curiosidad"

27 enero, 2006 10:51  
Anonymous Anónimo said...

Si no recuerdo mal, la cita original era de Woody Allen cuando dijo aquello de "No puedo escuchar mucho de Wagner. Me entran ganas urgentes de invadir Polonia".

27 enero, 2006 21:00  

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